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Opio inalámbrico, caleidoscopio de vidas y avatares

La gran mayoría de la gente que escribe y comparte en Facebook -pese a que tal vez tenga un millón de amigos reales- lo hace porque se siente sola.

Hechosdehoy / Enrique Mochales
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Facebook es un opiáceo, un multiforme caleidoscopio de vidas y avatares. Conocí a un amigo que quería inventar uno e implantárselo en la palma de la mano, para así poder tocarse las yemas de los dedos en el Metro como si estuviese contando cifras, y mandar whatsApp como quien toca la flauta.

El Metro se llenaría de flautistas y un auténtico concierto de llamadas, toques, pitidos, y zumbidos amenizaría al viaje.

De hecho, el innumerable registro de música de llamada y de conversaciones aumenta cada día, así que no está mal la solución que propone mi amigo, un móvil plantado en la palma de la mano.

“Pruebe ya su nano móvil de mano, se le hará una demostración directa y detallada de que consiste la implantación del Nano móvil. Se trata tan sólo de practicar una pequeña incisión en la mano derecha o izquierda del usuario, donde irá albergado el Nano móvil, que comenzará a funcionar una vez que la pequeña herida haya cicatrizado, normalmente a las dos semanas de su implantación.

En estas dos semanas, usted podrá conectar el Nano móvil mediante unas sencillas instrucciones que se adjuntan en el envase del producto, simplemente pulsando los montes de Venus, la línea de la Vida, la del Amor y los seis dedos de la mano en cuestión. Con el Nano móvil, todo el futuro estará en sus manos, y no necesitará de ninguna pitonisa”, ¿se lo imaginan?

Resulta extraño viajar en Metro hoy en día, sus vagones están llenos de fantasmas con forma humana que lo único que hacen es teclear en su móvil.

Ante esta situación, uno no puede resistir la tentación de ponerse a teclear en su móvil, chateando en Facebook, hasta que la última parada nos haga guardar el aparato, olvidarnos de todo lo que se ha dicho y continuar el paseo, una vez saciada nuestra sed de opio inalámbrico.

Mientras tanto un anciano que lo ha visto todo, manosea su bastón y murmura: “Estamos tontos, o qué”.

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