-¿Cómo dice?

-Que seguimos hablando de política.

-En la coyuntura actual, mireusté.

-Mireusté, mireusté… Como me vuelva a decir mireusté le tuteo.

-No, eso no es posible.

-Pues mireusté el resultado de su partido en las elecciones y me cuenta.

-Le voy a contar el cuento del Flautista de Hamelin.

-¿Y nosotros somos las ratas, no?

-Por supuesto, mireusté.

-Cada vez se le nota más débil. Está perdiendo la voz.

-Mireusté, he perdido unas elecciones, pero lo que me he reído…

-No me extraña. Reírse del pueblo se le da muy bien.

-Ya no me río, me sonrío, y me baño en el río.

-Ojalá se suelte usted de su ramita y vaya a parar al mar, como una bestezuela.

-Mientras no me duela…

-Dimita de una vez caballero.

-Eso nunca: me echarán, pero… volveré.

-Como las oscuras golondrinas, ya lo sé.