La adicción a las pantallas, también conocida como adicción a la tecnología o adicción digital, es un fenómeno cada vez más común en la era moderna, especialmente con la omnipresencia de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras y televisores. Esta adicción se caracteriza por el uso excesivo e incontrolable de estos dispositivos, lo que puede interferir negativamente en la vida diaria de una persona, incluyendo sus relaciones interpersonales, su salud mental y física, y su rendimiento académico o laboral.

En el mundo actual, la tecnología juega un papel importante en el desarrollo de nuestra actividad laboral, social y también de ocio, pero ¿Cuáles pueden ser las consecuencias sobre nuestro sueño?

A continuación te presentamos algunos de los trastornos que guardan relación con la adicción a pantallas:

-Alteraciones del ritmo circadiano: nuestro reloj biológico sigue un ritmo relacionado con los ciclos de luz-oscuridad. Para sincronizarnos, nuestro cerebro debe recibir señales de luz que le indique que debe estar despierto, y de oscuridad, para promover el sueño. Si usamos dispositivos que emiten luz directa, es posible que se afecte la secreción de melatonina, que se retrase o que lo haga de forma débil. Esto puede llevar a tener problemas generalmente para iniciar el sueño, produciendo insomnio de conciliación.

–Nerviosismo o ansiedad: el exponernos a este tipo de dispositivos en las últimas horas del día nos puede activar mentalmente, ya que podemos recibir información que nos preocupe o inquiete, como pueden ser emails o noticias. Esto puede provocar que nuestra mente, lejos de relajarse para dar lugar al sueño, se sienta demasiado activa y estimulada y bloquee esa sensación de somnolencia.

–Dolor: el uso de este tipo de dispositivos, a veces puede favorecer dolores musculares en brazos o cervicales, a veces incluso dolor ocular y dolor de cabeza. Las posturas sostenidas, a veces forzadas o poco higiénicas durante tiempo continuado están detrás de ello. El dolor puede hacernos tener más problemas en nuestro descanso, más insomnio y peor calidad de sueño.

Sabemos que el uso de la tecnología continuará en la sociedad moderna, pero recuerda que hacer un buen uso de ella es fundamental para mantener una buena salud. Un buen consejo es limitar su uso al final del día, o buscar que el impacto de la misma sobre nuestro sueño sea mínimo, fomentando por ejemplo una potente exposición a luz durante el día, para crear así buenos contrastes.

Conocer los hábitos del paciente y ponerlos en relación con sus problemas de sueño será clave a la hora de poder tratar correctamente y dar solución.

(*) Clínica CISne