Hubo un hombre, de cuyo nombre no quiero acordarme que para su boda contrató los servicios de Boda Phone para un teléfono móvil. La cuestión es que este hombre murió en Venezuela, y sus amigos intentaron liquidar su cuenta, pero Boda Phone decía que tenía que anular la cuenta el propio muerto.
Sus amigos insistían: “Pero es que este hombre ha muerto”, pero Boda Phone no quería rescindir el contrato de un muerto, por si acaso, tal vez, el muerto llamaba desde el “Más allá”.
Así que un buen día, una voz llamó al teléfono de atención del cliente, y dijo: “Llamo desde el cielo. Estoy muerto”.
Boda Phone le contestó con una voz a grabada que decía: “Si está usted muerto, pulse tres”.
La mano invisible pulsó el tres, y el Universo + 15 se abrió ante sus ojos. La suya había sido una telefonía móvil pero inmóvil. Pasó una limusina y recogió su alma, y se la llevó para no volver nunca jamás.