"La corrupción nos está matando a todos. La gente no quiere más, la gente quiere gestos y mi gesto es asumir la responsabilidad política” La dimisión de Esperanza Aguirre como presidenta del Partido Popular en Madrid, asumiendo la responsabilidad in eligendo e in vigilando –como ella misma ha señalado- en los casos de corrupción de miembros del PP madrileño, es un gran ejemplo de comportamiento político. Y señala claramente el camino a Mariano Rajoy.
Tal como ha quedado configurado el Parlamento español es inevitable, desde el sentido común, la formación de un gobierno basado en un acuerdo entre los tres partidos constitucionalistas: PP, PSOE y Ciudadanos. Así lo entiende el Partido Popular y así lo entiende Ciudadanos, y así lo han hecho saber sus dirigentes. Respecto al PSOE es difícil saberlo. El errático comportamiento de Pedro Sánchez y los vaivenes de otros dirigentes y miembros históricos hacen que sea muy difícil saber lo que quieren para España en el momento político actual, es más, parece que ni ellos mismos lo saben, excepto el frenético deseo de Sánchez de llegar a presidente del Gobierno, como sea y con quien sea.
El “usted no es decente” de Sánchez a Rajoy en el debate electoral fue el inicio del deterioro de un enfrentamiento político que ha llegado a convertirse en ensañamiento personal. El espectáculo que desde el 20 de diciembre nos están brindando a los españoles Mariano Rajoy y Pedro Sánchez es impropio de una democracia europea. Es evidente que anteponen los intereses partidistas a los de la nación, y los intereses personales a los de partido. 46 millones de españoles no pueden estar al albur de los intereses y ambiciones personales de estos dos señores.
Personalmente pienso que el protagonismo de Rajoy impide el acuerdo a tres tan necesario. El “Luis, sé fuerte” le acompañará siempre y será un impedimento para lograr acuerdos con las demás fuerzas. Si se decidiera a seguir el ejemplo de Esperanza Aguirre, dejaría a Sánchez sin argumentos en su empecinamiento en no dialogar e intentar acuerdos con el PP. Si ya con la ausencia de Rajoy, Sánchez continuara en su obstinación de cercar al Partido Popular y despreciar a más de siete millones de españoles, quedaría en evidencia la falta de talla política y la inmoderada ambición personal del dirigente socialista, que desgraciadamente ya muchos intuimos.
– Ver Hechos de Hoy, Albert Rivera al alza, Pedro Sánchez presionado y fragilidad de Mariano Rajoy.
– Juan Araluce Letamendía es presidente del Consejo Editorial de Hechos de Hoy y de la alianza Media World de Periodismo de Calidad.