Los fondos de inversión se han convertido en un producto fundamental para todos los ahorradores. Sus ventajas son muchas desde las fiscales a encontrarnos con una amplia gama de productos que nos permite invertir de forma más sencilla y económica en todo tipo de activos, ya sean nacionales como extranjeros. Esta enorme variedad de posibilidades se convierte en un hándicap para muchos ahorradores que desconocen la complejidad de los mercados financieros, pero esta “desventaja” se supera fácilmente con la labor del asesor banca que colabora, ayuda o gestiona tu cartera de inversión.
Teniendo en cuenta todo esto, todo ahorrador o inversor puede encontrar en los fondos de inversión productos que se adecúen a sus necesidades pero siempre partiendo de una serie de puntos en los que en su base está siempre tener toda la información.
Los fondos de inversión están gestionados por gestores profesionales especializados, con dedicación plena, que dispone del conocimiento y la información necesaria para tomar las decisiones posibles a través de una estrategia que está definida en el folleto informativo. Siempre que contratemos un fondo recibiremos un folleto descriptivo en el que se incluye toda la información sobre el fondo de inversión, equipo gestor, estrategia, previsiones, rentabilidad histórica y todo tipo de información que siempre debemos leer con atención. También periódicamente recibiremos información sobre la evolución de la inversión y la rentabilidad que está recibiendo.
Pero además de estar informado también siempre tenemos que hacernos una serie de preguntas y tener en cuenta otras cuestiones en las que también debemos apoyarnos en nuestro asesor como son, cuanto podemos invertir, el riesgo que queremos asumir y durante cuanto tiempo. Estas preguntas ayudarán a que se defina mejor la estrategia de inversión más conveniente para nuestros intereses.
Para el más conservador
Los fondos de inversión son una buena alternativa para el inversor que busque una mayor rentabilidad que otros productos de ahorro tradicionales controlando de la mejor forma el riesgo, es decir que no genere pérdidas. Ya sea pensando en el largo plazo o de forma temporal, aparcando nuestra inversión en valores más seguros para consolidar nuestros beneficios antes de buscar otra oportunidad de inversión.
Las categorías para este tipo de inversión están en los fondos de Renta Fija tanto a corto plazo como a largo plazo. Son productos que invierten en bonos y otros productos similares, tanto de Estado como de empresas privadas, y por tanto su rentabilidad estará muy condicionada por la situación de los tipos de interés en el mercado.
Este es uno de los principales riesgos, en momentos de tipos de interés bajo, como es actualmente de forma global su rentabilidad es muy limitada. A esto añadimos las comisiones de estos productos, ya sea por gestión o por depositaría, aunque en este tipo de fondos son más bajas que los homólogos de renta variable, si sumamos una rentabilidad baja podemos encontrarnos con ejercicios en el que su rendimiento sea realmente bajo y por ello hay que pensar en un plazo de inversión lo suficientemente largo.
Una alternativa que ha crecido de forma importante en los últimos años son los fondos de inversión garantizados. productos que como su propio nombre indica garantizan que no se va a perder capital pero a cambio limitan la ganancia a un porcentaje sobre la evolución de un índice o cesta de valores o dan una rentabilidad fija.
En este tipo de producto debemos analizar ciertos aspectos como:
– Plazo en el que se ofrecerá la garantía: Si retiramos el dinero antes de que esta venza cobraremos según el valor que tenga el fondo, pudiendo estar en pérdidas a las que hay que añadir en muchos casos comisiones por reembolso anticipado.
– Existencia de "ventanas de liquidez", días que periódicamente pueden hacerse retiradas parciales o totales sin cobro de comisiones.
– Diferenciar entre tipo de garantía. Si es un rendimiento variable no tendremos pérdida pero puede que no dándose las circunstancias para el cobro de ella incluso no tengamos ganancia, si es fija conocemos ya de antemano que vamos a cobrar si cumplimos todos los requisitos siendo la mejor opción para los inversores más conservadores.
Pensando más en el largo plazo
Sin duda donde los fondos ofrecen más ventajas son para los que buscan diversificar su inversión en el largo plazo buscando mercados y productos que permitan conseguir una mayor rentabilidad. Las posibilidades son inmensas con gamas de producto con distintos perfiles de riesgo, desde fondos de Renta Fija Mixta que siguen teniendo un mayor peso los productos de Renta Fija y por tanto un menor potencial de pérdidas (y ganancias) a otros de renta variable y que por ejemplo invierten en países emergentes con grandes posibilidades de revalorización pero también asumiendo un riesgo muy importante.
El que invierta en este tipo de inversión necesita más que ninguno un buen asesoramiento que busque las mejores oportunidades minimizando el riesgo y diversificando la inversión. De esta forma podemos obtener mejores resultados a un menor coste que si lo hacemos de forma directa y con la ayuda de profesionales que manejan la mejor y más actual información.
En este mismo sentido está el crecimiento de categorías como los Fondos Globales o los de Retorno Absoluto, a diferencia de otros fondos en los que se especifica el país, tipo de activo o sector de inversión, en este tipo de fondos el objetivo está en buscar la mejor rentabilidad dando libertad al gestor de ir cambiando las inversiones con todos los productos posibles para conseguir este objetivo.
Ventajas fiscales
El inversor en fondos tiene que tener muy en cuenta la fiscalidad y en este caso las ventajas que le diferencian de otros productos de ahorro: el diferimiento fiscal y los traspasos. El primero nos permite decidir el momento de reembolso del fondo, es decir cuando vamos a pagar impuestos por la inversión que se haya realizado ya que mientras no reembolsemos el dinero no pagaremos impuestos.
Esto lo podemos hacer gracias al segundo punto, ya que los traspasos entre fondos de inversión, es decir, el cambio de la inversión de un fondo a otro, se realiza sin tributar, de manera que podemos decidir cuál es la mejor inversión en cada momento, dependiendo de nuestros objetivos.
Por ejemplo tenemos un fondo de inversión de renta variable de países emergentes con una ganancia del 20% y queremos no perder estos beneficios pero fiscalmente nos viene mal el reembolso y queremos diferirlo al próximo año. Una estrategia puede ser traspasarlo a un fondo de inversión más seguro como los de renta fija a corto plazo sin coste, consolidamos nuestro beneficio y cuando llegue el siguiente ejercicio ya realizar el reembolso.
Por ventajas fiscales, variedad y flexibilidad los fondos de inversión no deben faltar en la cartera del ahorrador a medio y largo plazo.