Pocos productos financieros son tan universales como la cuenta nómina que utilizamos para gestionar gastos e ingresos. Un producto rentable para el banco ya que ambas facetas permiten conseguir beneficios y que ha cambiado en muchos aspectos en los últimos años. Por un lado la caída en la comercialización de productos que vinculan al cliente con la entidad financiera como es el caso de las hipotecas y por otro lado por un positivo cambio de hábitos de muchos consumidores que comparan entre opciones y no dudan en cambiar de entidad si esta le ofrece mejores condiciones ha obligado a que realicen un mayor esfuerzo y mejoren las condiciones de las mismas.

Por todo ello los bancos van aparcando cada vez más el “regalo” por contratar una nómina y creciendo las ofertas por productos y servicios sin coste. Eso sí, también extendiendo en algunos casos malas costumbres como imponer en algunos casos una permanencia que ata al consumidor.

Por todo ello, es necesario analizar muy bien las ofertas de cuenta nómina actuales y ver todas las condiciones que podemos resumir en unos puntos básicos:

Comisiones: Una cuenta corriente y su operativa regular puede generar el pago de cuantiosas comisiones por todo tipo de servicios: mantenimiento, administración, transferencias, ingresos de cheques… por todo ello nuestro primer objetivo es buscar que todo ello sea gratuito.

Productos y servicios asociados: La cuenta nómina tiene conexos toda una serie de productos asociados entre los que destacan las tarjetas de débito y crédito, medio fundamental para retiradas en efectivo y pagar compras. Por ello, debemos buscar cuentas en las que la emisión y renovación de tarjetas de débito y de tarjetas de crédito sean gratuitas y procurar además que sacar dinero tampoco tenga coste en cuantas más redes de cajeros mejor.

Vinculaciones: Muchas ofertas conlleva vincularnos con el banco en plazos de incluso dos años en los que cambiarnos de entidad tenemos que pagar o devolver todos los beneficios. Lo mismo puede ocurrir pero obligándonos a contratar productos como tarjetas de crédito, planes de pensiones,… productos que puede que no nos interesen por necesidad y coste.

Ganancias: Aunque no es lo común ya que la función principal no es la rentabilidad, ya hay productos que nos dan ganancia, ya sea remunerando la cuenta o más comúnmente devolviendo un porcentaje de los recibos que domiciliamos. Con unos servicios básicos al alza, este descuento se convierte en una remuneración atractiva.