De todos es sabido que las relaciones personales entre el rey Juan Carlos I y el presidente José María Aznar no eran precisamente cordiales. Ello no impidió al monarca que en la clausura de la XVII Cumbre Iberoamericana espetara el famoso “por qué no te callas” al presidente venezolano Hugo Chávez en defensa del expresidente Aznar. Como rey de España no podía permitir que en una cumbre de países iberoamericanos un jefe de Estado insultara reiteradamente a un expresidente del Gobierno español.
La espontánea reacción del monarca en general cayó bien, incluso en los que no profesaban simpatía por Aznar. Una cosa es que uno se pueda meter con su propia familia y otra que venga alguien de fuera a insultarla. Eso sí que no.
El pasado 16 de febrero el sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, después de llamar “bandido” y “protector de delincuentes y asesinos” a Mariano Rajoy, le amenazó con que “se le reventarán los dientes” si se mete con Venezuela… Todo muy fino por parte del mandatario venezolano… ya sabemos cómo las gasta el chavismo.
Cuatro días más tarde de estos insultos al presidente español, su predecesor en la presidencia del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero no tuvo ningún reparo en reunirse cordialmente con Nicolás Maduro para seguir mediando en el hasta ahora improductivo diálogo entre régimen chavista y oposición. Opositores venezolanos, y en concreto Henrique Capriles y Carlos Vecchio, han acusado repetidamente a Zapatero de prestarse “al juego de Maduro”.
Hace unos días leía en ABC una entrevista al historiador norteamericano Stanley G. Payne. Cuando el entrevistador le pregunta por las “figuras más fatídicas, los malos” en la historia de España, el hispanista contesta: “Algunos reyes visigodos son muy malos; así como los reyes españoles de la Edad Moderna son muy criticables. De entre los políticos más recientes el más negativo es Zapatero, que ha hecho todo lo posible para dividir a los españoles y hacer cambios destructivos e innecesarios”…
Comento estas cosas para tratar de comprender la insólita y lamentable situación en la que se encuentra el Partido Socialista Obrero Español. Ésta no sería explicable sin el prodigioso paso de José Luis Rodríguez Zapatero por la secretaría general del PSOE y por el gobierno de la Nación. Siempre me ha recordado a Atila, del que se decía que por donde pisaba su caballo no volvía a salir la hierba. ¿Cómo es posible que los únicos líderes, candidatos a la Secretaría General, que por ahora ha podido producir el partido sean Patxi López y Pedro Sánchez, siempre a la espera de Susana Díaz?
No sé si los militantes socialistas estarán contentos… Los que no lo somos, yo por lo menos tengo pavor de lo que pueda pasar. Hago votos para que resulte ganadora la patente mediocridad de Susana Díaz o Patxi López, porque si al final sale el portento de Pdr Snchz, ya podemos despedirnos del PSOE, merendado con patatas fritas por Pablo Iglesias. Y es que, aunque uno no es socialista, el PSOE para los españoles es al fin y al cabo como de la familia…
Y usted, don Javier Fernández, ¿no podría por un casual presentarse?, aunque sea por hacernos un favor…