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GANADORES Y PERDEDORES

Las bajadas de los precios del crudo, los tipos de interés y la prima de riesgo

El factor petróleo, clave. El PIB de España apunta un crecimiento de 2,5% en 2015. Pero atención al estancamiento de la Eurozona donde van la mitad de las exportaciones, Grecia, China y América Latina.

Hechosdehoy / Antonio Gallardo
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¿Cómo será el escenario económico de una era de petróleo barato?

Arrancamos un 2015 que no va a ser sencillo en el plano económico. Esto no quiere decir que sea necesariamente malo, pero si muy complejo, tanto a nivel local como internacional. La mayoría de las variables que definirán nuestro devenir económico no son para nada claras.

La vista estará puesta en los países emergentes. motores importantes, tanto en Asia como en Iberoamérica, de buena parte del futuro económico global por sus importantes tasas de crecimiento frente a las más moderadas de los países desarrollados. Las perspectivas para la mayoría de los analistas no son buenas y el escenario más probable es el de la ralentización. Con respecto a los países desarrollados, Estados Unidos seguirá creciendo pero sin estridencias mientras que en Europa las cosas pintan peor. Con un importante parón en los motores de la Zona euro y muchas incertidumbres políticas, 2015 no parece que sea el mejor año para la Unión Europea.

Este menor crecimiento, especialmente el de los países emergentes, grandes consumidores de materias primas, es uno de los determinantes de la caída del precio del petróleo. A esto añadimos -como señalé en Hechos de Hoy en un post anterior- el enorme aumento de la oferta petróleo, por métodos tradicionales y especialmente por el auge del petróleo de esquisto de Canadá y Estados Unidos. Con todo ello, hemos entrado en el 2015 de la misma forma que salimos, con más bajadas en el barril de crudo pero ¿se mantendrá la situación en el medio plazo o sólo será coyuntural? ¿Cómo afectará a la economía global?

Dos perspectivas que chocan

En estos momentos hay un choque entre dos perspectivas muy distintas. Por un lado los que abogan porque esta bajada ha sido coyuntural y que a lo largo del 2015 se elevará el precio del petróleo hasta los 95 dólares, el mismo nivel con el que arrancó en 2014. Los defensores de esta hipótesis sostienen que por un lado se pondrán en marcha y seguirán funcionando los mecanismos de recorte de producción de la OPEP que elevarán los precios. Y por otro que al nivel actual de precios el petróleo de esquisto extraído por medio de fracking no es rentable y dejará de extraerse.

En el otro lado están los que hablan de una nueva era de petróleo barato. No niegan la capacidad que tienen los países de reducir su producción pero estiman un desenlace muy distinto con el petróleo de esquisto. Aunque es cierto que llegará un precio que hará no rentable el fracking este aún no ha llegado.

Gracias a la enorme inversión en tecnología liderada por Estados Unidos el umbral de rentabilidad actual estaría entre 42-44 dólares el barril. Este incluso podrá bajar más en los próximos años con nuevos avances tecnológicos. El resultado es que alcanzado este nivel (aún el barril está unos 10 dólares por encima) sí se debilitaría la producción de este tipo de petróleo y se subiría el precio. Pero también, cuando el precio suba, volvería a aumentar la producción de esquisto y con ello se frenarían los precios. Con todo ello, entraríamos en una era de petróleo a precios bajos con una horquilla que raramente superarían los 50 dólares el barril.

Como afectará a los exportadores

Si se cumplen estos pronósticos y entramos en un escenario de petróleo barato nos encontraremos con un enorme impacto económico con ganadores y perdedores. Los exportadores serán los grandes perjudicados pero con diferencias. Las monarquías del Golfo Pérsico se han ido preparando para una circunstancia como la actual diversificando su economía en negocios de turismo, aerolíneas, empresas de servicio… Justamente estos sectores se benefician de la bajada del petróleo. Esto no significa que compense en la totalidad los ingresos que consiguen con un petróleo caro pero si se amortigua en buena parte.

En el otro vagón están los que no han hecho nada o muy poco para dejar de depender de las exportaciones de petróleo y su precio. Aquí encontraremos a países como Rusia, Venezuela, Nigeria o Irán. Sus economías se verán fuertemente lastradas por la falta de ingresos y el descenso en el nivel de divisas. Veremos tensiones en sus monedas locales, y subidas de precios y problemas de financiación. Un shock muy duro del cual sólo saldrían -además de una subida de precios- diversificando sus economías y con un coste económico y social muy duro.

Estados Unidos, aunque sea en este momento el mayor productor a nivel mundial, no es exportador, sino que depende de importaciones. Por ello, su mayor producción junto a los precios bajos le ayudará a ser más independiente energéticamente a la vez que más competitivos sus productos.

Beneficios para los importadores

Esto es en general lo que sucederá a los países dependientes, que como España importan gas y petróleo por miles de millones de dólares. En concreto en el año 2013 en España las importaciones de petróleo se elevaron a 35 millones de barriles por un valor de 34.800 millones de euros, que sumados a los 10.700 millones por compra de gas natural elevó la factura energética a 45.500 millones de euros.

De hecho en España en la última década el consumo de petróleo se ha mantenido bastante estable pero hemos multiplicado por más de 2 lo que hemos pagado por el efecto de la subida de precios. Con ello, cada 10% de bajada supone un ahorro económico superior a los 3.000 millones. En el escenario de un petróleo en 50 dólares el barril. todo el 2015 llegaríamos a los 10.000 millones de euros de ahorro.

El beneficio es claro y extrapolable a todos los países importadores. Ayuda a ajustar nuestra balanza comercial, disminuyendo las importaciones y haciendo mucho más competitivas las empresas. Por un lado el coste de los productos se reduce y se puede vender en condiciones más competitivas. Pero no sólo eso, el ahorro en costes se traduce en mayor dinero disponible para las empresas que impulsa la inversión y con ello una segunda vía de transmisión al consumidor. La suma de productos más baratos y más puestos de trabajo por las inversiones de las empresas deja más dinero a los consumidores, reactivando la recuperación. Y es que buena parte de ese crecimiento del PIB que se espera que en España supere el 2%, viene derivado del petróleo.


– Ver en Hechos de Hoy, Elecciones en Grecia sin pánico pero con el riesgo de la salida del euro.
 

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