Si la trucha es uno de los máximos exponentes de este equilibrio, no es la única. Incluso los ciprínidos como la carpa y el barbo no viven el mejor momento y ha llevado a que la normativa de pesca de La Rioja para el 2016 sea bastante más restrictiva.
La Rioja es una comunidad autónoma importante para la pesca. Lo es, porque en su reducido tamaño confluyen dos ecosistemas muy importantes para la pesca deportiva. En el sur, en las montañas del Sistema Ibérico, buenos ríos con trucha autóctona. Y en el norte, con el río Ebro, un gran río que hasta hace poco sólo era el hábitat de de carpas, barbos y otros pequeños ciprínidos.
En La Rioja, ambos están pasando malos momentos y se reflejan en la normativa de pesca en La Rioja 2016 que reducen el cupo de la trucha, cambia también la normativa en cebos artificiales y restringe la pesca de ciprínidos en el río Ebro.
Estrecha colaboración entre Administración y pescadores
La administración riojana ha realizado estos cambios en muchos casos impulsados por sociedades colaboradoras de pescadores y basándose en el estudio real de la situación. Los muestreos sobre población de peces, especialmente sobre la trucha, no son nada halagüeños.
Los datos son especialmente negativos en la talla alevín, la que nos dará las truchas pescables dentro de unos años. Las crecidas de los ríos por las grandes nevadas de 2015 parece que han influido muy negativamente en las puestas de ese año y con ello es necesario preservar más la población de adultos.
Además, las repoblaciones, que se hacen con trucha autóctona criada en la pisicifactoría de Brieva, son ahora mismo inviables por un problema sanitario. Con todo ello, las restricciones impuestas para el 2016 –y que son acordes a lo que hacen otras comunidades autónomas limítrofes- son más que normales:
– Se prohíbe usar el anzuelo triple con arponcillo –con muerte- en aguas trucheras con lo que sólo se podrá pescar con cucharilla y artificial con un suelo anzuelo y sin arponcillo para así evitar los daños a peces de talla menores que haya que devolver al río.
– Se reduce el cupo de truchas que se pueden capturar en una jornada de pesca de 5 a 4
– Si se mantienen las tallas mínimas y el uso de anzuelos con muerte en cucharillas en las aguas de gestión intensiva como Ortigosa y todos los cotos intensivos de la región.
También, para fomentar la práctica de la pesca sin muerte, se han creado dos nuevos tramos dedicados a esta modalidad, uno de ellos de 2,3 kilómetros en el medio Najerilla, en la conocida zona de "La Bolacha", entre la presa de la central de Anguiano próxima a "puente Llaría" y la desembocadura del río Valvanera. El otro nuevo tramo sin muerte se ubica en el río Iregua a su paso por Albelda, entre la presa del regadío Río Somero y la presa de Escuelas Pías.
Este año se cerrará de forma transitoria y por acuerdo mutuo el coto intensivo de Arnedo, debido a la pérdida de las condiciones para la pesca por las crecidas del pasado mes de marzo. Se mantiene la rotación de vedados en el río Tirón, en los tramos Leiva-Herramélluri y Ochánduri-Cuzcurrita, y se abren los de Herramélluri-Ochánduri y Cuzcurrita-Tirgo; mientras que en el río Najerilla se vedan Alto Urbión, Canales, Ormazal, Portilla, Valvanera y Cárdenas, y se abren Bajo Urbión, Gatón, Roñas y Tobía.
Restricciones en la pesca de ciprínidos
Lo que si es una novedad y aviso a navegantes es la restricción en la pesca de ciprínidos. Si La Rioja ya tenía un especial cuidado para la pesca de esta orden de peces, la normativa de pesca de La Rioja de 2016 es mucho más restrictiva, especialmente por haberse detectado una regresión de sus poblaciones en todo el Ebro, tanto por alteraciones del hábitat como por la presencia cada vez más importante de las especies exóticas.
Se continúa con la reducción de cupos en algunas especies, por lo que se reducen los cupos de barbo de montaña y de loína, que pasan de 20 a 10 y se mantiene la restricción de la temporada anterior de cero carpas en el embalse de Valbornedo.
Pero la novedad más significativa de la temporada en la pesca de ciprínidos autóctonos es la creación de dos espacios de pesca de captura y suelta en el Ebro, en Logroño y Calahorra, ambos a solicitud de las sociedades de pescadores y con el apoyo de ambos Ayuntamientos.