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Avanzamos los primeros días de primavera y lo hacemos con algo más de optimismo por la mejora del estado de los ríos tras la lluvia y nieve tardía de febrero y especialmente marzo. Algo que ha hecho rebajar algo la temperatura del agua y marcará la freza, aunque en el caso del lucio en muchos ríos y embalses ha sido ya tarde.
La freza del lucio es normalmente en febrero y en algunos casos a principio de marzo. Podemos decir que en los ríos de España el proceso suele comenzar a finales de enero en los tramos por debajo de Sierra Morena, desde mediados de febrero en Guadiana y Tajo, y ya a finales o arranque de marzo por encima del sistema central o en tramos muy altos al sur de la misma (como ocurre por ejemplo con el embalse de La Jarosa).
Como ocurre con todos los peces, tras el agotamiento que produce la freza unido al del invierno, el lucio aumenta su apetito y con esta mayor voracidad se abre una de las épocas más fructíferas de su pesca, con algunos matices importantes que hay que considerar.
En primer lugar, el lucio es uno de los peces más activos en invierno, aunque siempre con limitaciones. Es decir, el lucio come, especialmente los mayores pero desde luego mucho menos que en otras épocas del año. Esto hace que su voracidad sea menor que la de por ejemplo los black bass.
Distintas opciones de pesca y mucha paciencia
Con todo ello, aunque tenemos la ventaja de poder empezar su pesca con mayor éxito antes que otros depredadores, también su arranque es más errático y un tanto caprichoso. Es decir no nos encontramos con ese estallido de actividad que si tiene el black bass y que tiene constancia durante muchos días desde que empieza este frenesí.
En la pesca del lucio podemos tener un día con actividad y al siguiente la nada. Por todo ello, la máxima paciencia que conlleva no sólo no desesperarse, también probar diferentes técnicas.
De todas las posibilidades, la más complicada es la pesca a mosca, ya que ver un lucio en superficie a finales de marzo y principios de abril es labor imposible, incluso en aguas más intermedias con líneas sumergibles y streamers pesados. En marzo-abril es la época de buscar una mayor profundidad y lo podemos hacer con:
– Pez vivo: Aunque suene raro a algunos es de las formas preferidas en buena parte del sur de España. No nos faltará ver grandes veletas en un lugar tan emblemático como el puente de Cogolludo en Orellana. Eso sí, siempre con peces permitidos como suele ser pequeñas tencas y siempre con el máximo cuidado en su anzuelado para mantener al pez con vida el máximo tiempo posible.
– Jerkbaits: Buscando siempre la profundidad y aguas intermedias. Una de las máximas de la pesca de lucio en arranque de temporada es ir probando distintas profundidades. El lucio va subiendo poco a poco pero desconocemos donde se mueve si no hacemos esta prueba. Sobre colores, si pescamos en zona de aguas más tomadas algo más llamativos, con amarillos-verdosos, si lo hacemos en zonas más claras y tranquilas, los rojo-blanco y anaranjados.
– Cucharilla: Siempre excelente por su versatilidad, debemos buscar colores no excesivamente llamativos, es decir huir del exceso de brillos e igual que con los jerkbaits trabajar distintas oportunidades. Los colores rojos sobre fondos especialmente dorados (plata solo cuando haya poca luz) da un efecto que asemeja a la de los peces pasto que por más desgracia que suerte abundan en muchas de las cuencas del lucio, como el alburno. De la gran modalidad de cucharillas os recomiendo los modelos del fabricante español Mapso, como son la Lutxo y la recientemente en el mercado Duero.