1. Inicio
  2. Opinión
  3. Comunidad de blogueros
  4. Ya dentro de poco nadie se acordará de ese tal Gutenberg

UN VISIONARIO

Ya dentro de poco nadie se acordará de ese tal Gutenberg

Dice que dentro de poco llegará la era de la Sociedad de la Información, que eso forma parte del progreso, y que no debemos detenerlo porque empobreceríamos a toda la población.

Hechosdehoy / Enrique Mochales
Etiquetado en: ·
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo

“¿Quién es el siguiente?”, pregunta el burgomaestre. “Un tal Gutenberg, señor”, responde el lacayo. “Gutenberg, ¿eh? ¡Menudo pájaro!”, dice el burgomaestre: “Ya me acuerdo de él. ¡El muy sinvergüenza pretende haber fabricado una máquina para difundir la cultura en masa! He recibido quejas de la Sociedad General de Autores de Estrasburgo, de los amanuenses de Maguncia, incluso de los círculos eclesiásticos y las empresas de import-export de pergaminos. ¡Este Gutenberg! ¿Qué ha hecho esta vez?”

El lacayo examina el informe escrito a mano: “Tenía apilados en su casa doscientos ejemplares de libros impresos con caracteres móviles, señor. Parece ser que, incluso, vendió alguno de ellos a sus vecinos a bajo precio”. El lacayo continúa: “Dice que dentro de poco llegará la era de la Sociedad de la Información, que eso forma parte del progreso, y que no debemos detenerlo porque empobreceríamos a toda la población, señor. En su opinión, el mundo ha de adaptarse a los nuevos tiempos”.

El burgomaestre reflexiona: “Ah, interesante: un visionario. Esto cambia las cosas. ¿No tenemos una hoguera disponible?” El lacayo se encoge de hombros: “Por desgracia, la condena prevista para estos casos no da para tanto.

“¡Esta vez Gutenberg ha ido demasiado lejos!”, exclama el burgomaestre: “Le voy a poner un pleito por delitos contra la propiedad intelectual e industrial, de falsedad, y de estafa contra el mercado y los consumidores. Los esfuerzos de ése pirata por extender las artes y las ciencias como si fueran patrimonio de toda la humanidad a precios de saldo son ilegales, y creo que con una buena sentencia habré salvado a los amanuenses, a los autores y al mundo, al fin y al cabo, de los graves perjuicios que se producirían si permitiésemos que la cultura cayese en malas manos. Créeme lacayo: dentro de poco, ya nadie se acordará del tal Gutenberg”.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Fill out this field
Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
You need to agree with the terms to proceed

twitter facebook smarthphone

ARCHIVO DEL AUTOR

Menú