Si tuviéramos que designar a los arquitectos más importantes del siglo XX, o al menos de su primera mitad, elegiríamos sin duda a Gropius, Le Corbusier, Mies Van der Rohe y Frank Lloyd Wright, por lo que supusieron de innovación y creación en el marco de la arquitectura racionalista y orgánica.
Walter Gropius (1883-1969) nace en Berlín en el seno de una familia de artistas con tradición arquitectónica. Se forma en Munich y en la capital alemana ingresando en 1912 en el Werkbund, donde comienza a trabajar con Behrens, como sucedió con Mies Van der Rohe y Le Corbusier, lo cual va a marcar toda su trayectoria artística.
Siendo muy joven, en 1919, funda la Bauhaus de la que será director hasta 1928. En realidad Gropius fue el alma de la escuela hasta su definitiva desaparición, en 1933, de tal manera que hablar de la Bauhaus significa hablar de Gropius y viceversa.
Participó en la Primera Guerra Mundial, hecho que le afectó profundamente. En 1915 contrajo matrimonio con Alma Mahler, la mítica viuda del compositor austriaco Gustav Mahler, pero su unión duró solamente cinco años.
Posiblemente un hombre como Gropius, cuyas creaciones se desarrollaron siempre en el terreno arquitectónico y, dentro de él, en el puramente geométrico y cartesiano, y cuya vida estuvo centrada fundamentalmente en la Bauhaus, entendiendo ésta no solo en el terreno constructivo y pedagógico, sino también en el de la convivencia con los alumnos que se hospedaban en sus recintos, no podía congeniar con la inestable y apasionada Alma Mahler. Su turbulenta vida amorosa contó con los nombres, además de Mahler y de Gropius, de los pintores Kokoschka y Klimt, y del literato Franz Werfel.
Después de su importante gestión en la Bauhaus, por razones políticas (la subida de Hitler al poder en 1933), Gropius se instala en Inglaterra en 1934. En 1937, emigra a Norteamérica, donde se instala definitivamente desarrollando una amplia labor arquitectónica y pedagógica al serle ofrecida la dirección del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Harvard.
De esta manera, Gropius difundirá el Racionalismo europeo en los Estados Unidos, influyendo enormemente con sus teorías en la arquitectura de este país. En 1945 promueve la asociación TAC (Colaboración de Arquitectos) que se dedica a hacer encargos arquitectónicos en todas partes del mundo.
Entre las obras más destacadas de Gropius, además de la dirección de la Sede de la Bauhaus, 1925, merecen citarse:
– la Fábrica de Calzados Fagus, en Alfeld, 1910-11, temprana construcción de acero y cristal, erigida en una serie de cuerpos diferenciados que se ensamblan entre sí articuladamente, destacando las fachadas a base de grandes vidrieras, que abarcan también los “ángulos”, produciéndose las llamadas “esquinas transparentes” consecuencia de retranquear el pilar;
– el Edificio de Oficinas de la Exposición del Werkbund, en Colonia, 1914, el cual sigue el mismo tipo de configuración modular armoniosa, muy avanzada en cuanto a diseño y de líneas racionalistas puras, que lamentablemente fue demolido después de la exposición; el inmueble poseía unas hermosas escaleras de caracol acristaladas en las esquinas que lo hacían muy peculiar;
– el Monumento “La Marcha de la Muerte”, 1921, construcción arquitectónico-escultórico realizado a base de diversos cuerpos en forma de alas que van elevándose a distintas alturas;
– el Edificio Konsum, 1927, Dessau, en el que se muestra una de las características de la Bauhaus, el juego de horizontales y verticales a la manera constructivista holandesa, por la influencia de Van Doesburg en sus años de relación con la escuela;
– la Oficina Municipal de Empleo, 1927-28, Dessau, en la que continúa su estilo abstracto, con el diseño horizontal-vertical, apaisado o en L, y friso de ventanas corridas;
– la Colonia Siemens, 1930, Berlín, de bello y sencillo diseño en el que destacan las franjas de ventanas horizontales;
– el Proyecto para el “Chicago Tribune”, 1922, USA;
– el conjunto de edificios de la Escuela de Graduados de la Universidad de Harvard, 1949-50, Massachusetts, USA, en los que utiliza sus tradicionales diseños racionalistas, con el empleo de pilotes, volúmenes geométricos encontrados y conjugados armoniosamente, etc.;
– por último, el Edificio de Viviendas Hansaviertel, 1957, en Berlín, en colaboración con Wils Ebert, que corresponde a su última etapa constructiva, desarrollada principalmente en Berlín.