Las voces más esperadas no se pudieron escuchar. Los dos fenómenos políticos en las nuevas encuestas –Podemos y Ciudadanos- no están en el Congreso de los Diputados. De Rosa Díez y Alberto Garzón se esperó más brillo. No lo tuvieron.
En la primera parte del debate de política general, Mariano Rajoy optó por la contención en las formas y puso por delante la macroeconomía (ver en Hechos de Hoy, Mariano Rajoy, cara y cruz frente al empuje de Ciudadanos y Podemos). Está convencido de que es la llave del éxito. Sin embargo las encuestas no lo están reflejando y los sondeos de valoración le castigan con gran severidad.
Celia Villalobos, pillada jugando con su tableta electrónica (la tablet) al Candy Crash, no resultó una imagen estimulante. Twitter le lanzó todos los dardos.
El debate cambió bruscamente de plano en la tarde del martes con la intervención de Pedro Sánchez y la réplica del presidente del Gobierno. Si Mariano Rajoy había optado por la contención en las formas cambió. Lanzó contra el líder de la oposición muy duras descalificaciones con un enfrentamiento que se situó en el terreno personal.
¿Por qué sucedió? A Rajoy le irritó como muy pocas se le ha visto el momento en que Sánchez comenzó con sus descalificaciones en la gestión ecnómica económica y sobre la corrupción política llamando "sinvergüenzas" a los diputados del Partido Popular, y aludiendo a un "destrozo descomunal" en el Estado del bienestar.
Rajoy había sopesado mucho el clima de este debate. Le cambió el pulso al escuchar a Sánchez, nada más comenzar su discurso, hablar desde el primer minuto de corrupción y de los SMS de Luis Bárcenas. Todavía le enojó más a Rajoy comprobar que Sánchez tenía escrita la réplica de su segunda intervención con ataques personales presentándose como "hombre limpio" con Manuel Chaves a sus espaldas.
El enfado fue tan descomunal que Rajoy, cuya fortaleza es la de ser un parlamentario de fuste, llegó a calificar el discurso de Sánchez de "patético" exigiéndole que no vuelva a hablar ante del Pleno del Congreso de los Diputados sin decir "nada" y sin aportar "ninguna propuesta".
Sorpresa en el Partido Popular pero también en el Partido Socialista. El ambiente se volvió eléctrico. Y el nivel en la opinión pública es de enorme exigencia para todos los liderazgos. Lo que sucedió en el Congreso de los Diputados ilustró perfectamente sobre la extrema importancia de la batalla política en las elecciones a la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid. Mariano Rajoy y Pedro Sánchez van a vivir en esos comicios un duelo político y personal que va a ser definitivo para sus liderazgos.
