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Navegar por muchas páginas de Internet es cada día menos agradable para el usuario. Enormes publicidades nos invaden, buena parte de ellas difíciles de cerrar o cuando tenemos que ver un vídeo de YouTube y antes se reproduce obligatoriamente un spot publicitario. Maximizar el beneficio de la publicidad online lleva a que en muchas ocasiones se roce el intrusismo, algo que se extiende a otras tipos de acciones como el email marketing. Frente a ello el permission marketing busca presentar productos y servicios de una forma muy distinta.
En 1999, Seth Godin, acuñó un nueva forma de llegar a los consumidores a través de un libro titulado de la misma forma: permission marketing. En ese momento ya se detectaban los problemas de llegar al cliente por la saturación del mercado por parte de las campañas tradicionales, en ese momento, mayoritariamente de medios tradicionales como prensa, radio y especialmente televisión. En estos 16 años la situación no ha hecho más que empeorar, de la mano del desarrollo de Internet y de la publicidad online.
La avalancha de mensajes tiene dos puntos perjudiciales:
1. El consumidor se siente incomodo
2. No presta atención a los mensajes
El resultado final es una pérdida en la efectividad de la campañas, que para solucionarlo, en muchas ocasiones, caen en el error de aumentar más los impactos y los presupuestos.
El resultado, para llegar al consumidor se multiplican estrategias ineficientes y que son inaccesibles para las pequeñas empresas por presupuesto. Ante ello, se multiplican las formas en las que llegar más y mejor al cliente. En el área del marketing digital la respuesta más general ha sido el inbound marketing pero antes de su desarrollo, el permission marketing ya mostró otra forma de acercarse al cliente.
El punto clave es que es el propio consumidor el que da permiso de forma voluntaria para que se le envíe publicidad sobre una marca o un producto determinado. Esto es así porque el consumidor tiene interés por el producto y desea conocer más en profundidad sus características. El resultado, se llega a menos clientes pero de una gran eficiencia ya que el ratio de conversión a ventas es muy alto.
Online y offline
Otra de las grandes ventajas es que sus técnica son perfectas tanto en el mundo online como offline. Todas se centran en que se presenta un producto por diversos canales (ya sea un blog, una revista o una landing page, por ejemplo) y es el consumidor el que voluntariamente quiera ampliar la información allí descrita.
La base nunca deben ser envíos masivos que acaben en la papelera, sino presentar de forma natural nuestro producto en lugares donde el potencial consumidor busque información que le lleve a querer ampliar su intereses por el producto o servicio.
Conseguido esto, llegan más ventajas o consideraciones a realizar:
– Nos dirigimos a un consumidor interesado, por lo quedemos hacer una descripción adecuada y presentar de forma clara las ventajas y condiciones del producto.
– Podemos personalizar el mensaje. En muchas ocasiones en la solicitud de información se añaden datos personales como donde vives o tu edad que permiten presentar mejor las ventajas.
– Se puede viralizar mejor, de forma económica y más eficiente, ya que será el cliente el que presente las ventajas y no la empresa.
La posibilidades del permission marketing son cada día mayores, y canales en los que entramos voluntariamente como son las redes sociales se muestran fundamentales para transmitir lo que ofrecemos y servir de puerta de entrada para la interactuación recíproca ente empresa y cliente.