El marketing de contenidos se ha consolidado como una de las mejores opciones de promoción de negocio para la empresa. Este éxito está llevando a que muchas empresas establezcan acciones de marketing de contenidos sin tener muy en cuenta la planificación necesaria y con ello tirando dinero y recursos.
Toda estrategia de marketing, sea cuál sea la herramienta, necesita una planificación adecuada, pensar qué se va a mostrar, cómo, dónde… Estas preguntas, muchas veces no se hacen y llevan a cometer errores que lleven a perder recursos, aplicarlos de forma ineficiente y no conseguir el éxito que buscamos.
Estos son los fallos más comunes que deben tener en cuenta para conseguir el éxito en el desarrollo de su estrategia de forma más eficiente:
· No tener una estrategia definida: Esta estrategia debe responder a las preguntas más importante, y la primera pregunta es: ¿Qué queremos conseguir? La respuesta puede ser muy variada y de la misma se definirán como conseguirlo. Por ejemplo un objetivo puede ser directamente vender más, y otro por ejemplo tener más seguidores en redes sociales. El saber qué queremos lograr y cómo hacerlo lo debemos siempre plasmar por escrito. Desde ese punto de arranque debemos incluir los temas que vamos a tratar, los formatos, los tiempos que vamos a establecer, los equipos de trabajo que van a intervenir, etc.
· No planificar: Es decir, no saber cómo llevar a la práctica toda la estrategia, en este caso definir correctamente los objetivos estratégicos definidos.
· No ser constante: La estrategia de marketing de contenidos no es rápida ni inmediata, especialmente si los recursos son limitados. Hay que dar margen a la estrategia y analizar bien cada uno de los resultados.
· No personalizar la responsabilidad: Debes crear siempre la figura del jefe de contenidos, que planifique, controle el equipo, sepa quién da mejor respuesta a un contenido específico, gestione el calendario y verifique que se están cumpliendo los objetivos.
· Entiende a tu público: Debes saber qué es lo que espera tu público, que le inquieta, que es lo que quiere tener respuestas rápidas y en qué momento, cómo quieren que te dirijas… de forma cercana o no. Todo ello obliga a hacer un buen análisis del público.
