1. Inicio
  2. Opinión
  3. Comunidad de blogueros
  4. Jon Rahm en California y Álvaro Quirós en Dubai, buscando el triunfo

DOS CIRCUITOS

Jon Rahm en California y Álvaro Quirós en Dubai, buscando el triunfo

Mientras Jon Rahm lideraba el primer día el Farmers Insurance, Álvaro Quirós realizaba una segunda vuelta espectacular en el Omega Dubai Desert Classics, para colarse a un golpe del primer puesto.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo

Al vasco John Rahm le soplaba el viento de ese mar descubierto por otro Vasco – Vasco Núñez de Balboa – y que a su vista se apareció tan grande y sereno que lo llamó Pacífico. Balboa era un Vasco de Jerez de los Caballeros, que ya se  sabe que los de Bilbao nacen donde quieren.

A lo dicho, tenemos españoles jugando al golf en los dos circuitos principales. Los del European Tour están en el Omega Dubai; con Álvaro Quirós, tercero empatado y a un golpe de los líderes, están decimocuartos Sergio García, Jorge Campillo y Adri Arnaus a cuatro golpes de la cabeza; además de ellos, otros siete españoles estaban en la cita de los que sólo Pablo Larrazábal pasó el corte.

Ambos circuitos, americano y europeo, están ya a velocidad de crucero, pasadas las Navidades, y comienzan los  torneos que no quieren perderse los mejor situados del ranking mundial. En los torneos anteriores jugaron algunos desconocidos del gran público.

Pero ya nos suenan muchos apellidos de los que aparecen en las pizarras: DeChambeau, que colidera el Omega Dubai Desert Classic, Els, Wallace, Coetzee, Fitzpatrick y Westwood entre los que andan cerca de la arena árabe. Y en San Diego, en la costa de California los apellidos son los habituales del PGA Tour: Rose, Matsuyama, Spieth, McIlroy, Horschel, Day y, por supuesto, “last but non least”, Mr. Tiger Wood.

Es el de California,  un torneo en dos campos preciosos de Torrey Pines: North Course y South Course. Muchos hoyos miran al mar inmenso; otros transcurren cerca de oscuros pinos de aromas de tarde de verano. Les gusta jugar estos recorridos a las estrellas del golf y no es de extrañar.

Recuerdo que mi prima Margarita me habló de un matrimonio amigo. Eran dos profesionales de éxito, aparte de pertenecer uno de los cónyuges a una familia española de abolengo. Se tomaron un año sabático. Decidieron parar el carro, antes de que el carro de la locura de “workalcoholic” pasara sobre sus vidas. Y se apartaron a la ribera del Océano Pacífico en ese rincón evocador llamado La Jolla en donde se ubica Torrey Pines.

Allí pasaron más de doce meses de increíble tranquilidad entre el golf, las excursiones en bici o caminando hasta los High Peaks. Playas y visitas a lugares como al Mount Soledad Veterans Memorial coronado por una cruz o, más al sur, a la  ciudad de San Diego.

Y horas de mar Pacífico, de silencio y lectura en la playa; o fotografías inmensas desde La Jolla Cove con un mar infinito ante sus ojos.

Me contó Margarita, entre divertida y aterrorizada, que esa pareja cuando volvió a Madrid habían pasado de enfermos del trabajo a enfermos de depresiva añoranza de aquellos parajes y del dulce trato educado de la sociedad de La Jolla.

No tienen tiempo, no, los jugadores de golf de sabáticas escapadas. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Si dejas de entrenar, estás grave; si no compites estás en la UVI deportiva; si te duermes estás muerto para la victoria. La añoranza no es nido del golfista.

Nunca, seas amateur o profesional, te pongas en la tesitura de tener que decir “pero si yo a esto sabía jugar”; o “¡con lo que yo fui!”.  Por eso, los descansos de estos atletas, como los de otros profesionales duran poco.

En otra vida que viví en una multinacional, antes de ponerme a escribir, solían decirme invitando al liderazgo: cuando estés en la cumbre sólo hay un camino fácil: hacia abajo. Pienso que eso vale para cuando habitas la cima y también cuando te arrancas tiras de piel para subir la ladera.

Alguien me hablaba esta tarde de los cambios en el juego de Rafa Nadal: estaba arriba y para seguir ahí – y aun más alto – se renueva como el águila para volar hasta el sol. Eso tendrá que hacer este año en golf Álvaro Quirós; lo que no hará es rendirse.

Jon Rahm en el Circuito Americano se enfrenta a una temporada de altos vuelos también. Sí, despegó fantástico desde la universidad y en pocos meses alguien con pocos años como él ha cosechado éxitos memorables. Está bien aconsejado y le veremos como estos días en el Farmers Insurance luchar para estar siempre más arriba. Pero habrá que echar más fuego a la candela, y mejores vientos a las velas de la armada española.

O si lo prefieren, en este año que comienzan las celebraciones del 500 Aniversario de la primera Circunnavegación de la Tierra, pensemos que ellos, como nosotros tenemos una misión plus ultra: más allá. Y que, como en su diario escribía Fernando de Magallanes antes de partir desde Sevilla, “mucha es la faena y pocas las manos, de suerte que aun vería bien que los días tuviesen más horas por cuantas cosas restan por hacer en el apresto de la armada”.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Fill out this field
Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
You need to agree with the terms to proceed

twitter facebook smarthphone

ARCHIVO DEL AUTOR

Menú