Situada junto al Rhin y haciendo frontera con Alemania se sitúa una de las ciudades más hermosas de Europa, Estrasburgo. Perteneciente al territorio de Alsacia-Lorena, que fuera disputado a lo largo de los años tanto por Alemania como por Francia, esta lucha se hizo más cruenta a partir del siglo XIX cuando fue conseguida por el Imperio Prusiano a continuación de la guerra de 1870, entre Prusia y Francia con la victoria de Prusia.
Después de la I Guerra Mundial, Alsacia-Lorena pasaría a manos de Francia, con la derrota y rendición de Alemania, para en la II Guerra Mundial ser de nuevo posesión de Alemania, con la conquista de Francia por Hitler, y por último a ser de Francia al concluir dicha guerra con la derrota final de Alemania.
En la actualidad Estrasburgo y la región de Alsacia-Lorena pertenecen a Francia. No es extraño que siempre hubiera un deseo de poseer esta región por parte de estos dos países, por su riqueza y belleza proverbiales, que se hace muy concreta en la capital de Estrasburgo.
Su cercanía con Alemania la hace más hermosa aún, ya que se puede con toda facilidad pasar de un país a otro. La zona de Alemania que corre paralela al Rhin es asimismo de una gran belleza, con la cordillera de la Selva Negra ubicada de Norte a Sur junto al río Rhin que sirve de frontera con pequeñas ciudades deliciosas como Baden-Baden, Gegenbach o Friburgo en sus faldas boscosas.
Drama histórico
Si se la visita en la actualidad, uno no tiene por menos que recordar las guerras que ha sufrido esta zona, en especial en la I y II Guerras Mundiales, cuando los dos países se masacraron. Y de eso no hace demasiados años, siete décadas nos separan de la II Guerra Mundial, con Europa herida mortalmente y Alsacia-Lorena convertida en tierra de batallas innumerables, tanto que resulta increíble imaginar tan siquiera cómo fue posible aquella guerra en toda Europa y parte del mundo y más en concreto en dos de los países de mayor tradición histórica y cultural, Francia y Alemania. Hace setenta años aquellas ciudades, aquellos campos, se hallaban arrasados, destrozados, malheridos y ennegrecidos por los bombardeos entre los Aliados y la Alemania nazi.
A pesar de ese drama histórico cercano cuyo recuerdo aún nos asola por ininteligible, en la actualidad Europa vive en concordia y tanto en los países pertenecientes a los Aliados, como Inglaterra, Rusia y Francia, por citar los más importantes, como su contendiente Alemania, viviendo en total armonía como si nunca dos guerras mundiales se disputaran en ellas.
Estrasburgo se ha convertido en una de las capitales de Europa, junto con Bruselas, por albergar en la urbe parte de las instituciones de la Unión Europea, como el Parlamento, el Consejo y la Comisión europeas, que se reúnen en esta ciudad. Para ello se han construido unos modernos edificios que conforman un conjunto de rascacielos y otros más bajos, los cuales mantienen un gran contraste arquitectónico con los antiguos edificios de la ciudad en especial de su catedral.
En efecto, si hay una construcción que sobresale del resto de construcciones de Estrasburgo, esta es la catedral de Nôtre Dame, de estilo gótico, levantada a lo largo de los siglos XI al XIII, en piedra rosácea, con fachada llena de esculturas en su portada de entrada en especial en su tímpano y arquivoltas, gran rosetón y ventanas con arquillos.
Los arcos todos, tanto en el exterior como en el interior, son góticos y por tanto apuntados. Una alta torre se eleva en su lado izquierdo dejando el derecho sin ninguna lo cual le da una gran personalidad aunque produce una extraña sensación de mutilación artística. La catedral está sustentada por contrafuertes en sus dos lados y adornada por numerosas cristaleras que le proporcionan gran hermosura en su interior.
La capital estrasburguesa se halla rodeada toda ella por canales o mejor dicho por uno que lo circunvala y está constantemente navegado por barcos turísticos desde donde se puede divisar toda la ciudad en sus diferentes zonas históricas y artísticas. Son muy pintorescos los numerosos puentes que cruzan el canal.
Otra de las características de la ciudad son sus casas góticas que llenan el casco histórico de la misma decorándola con sus tejados a dos aguas y sus vigas de madera entrecruzadas que sustentan sus fachadas y le proporcionan un aire histórico medieval, como las situadas en la Place de la Cathédrale o la Place du marché y sobre todo en el barrio de la Petite France o en el Puente de Saint Martin y las Casas de Tanneurs.
Otros edificios posteriores adornan también la capital con sus estilos barroco o neoclásico, como el Chateau Rohan o los situados en la Place Gutenberg y en la Place Kléber . Por último citar la Catedral de San Pablo de estilo neogótico y de culto protestante que eleva sus dos torres neogóticas apuntadas, esta vez si son dos, sobre el cielo de esta ciudad inolvidable y bellísima que es Estrasburgo.