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CONMOVEDOR Y CON HUMOR

En la silla de Morfeo o soñar sobre dos ruedas. Siempre es mejor reír

Alan Tenenbaum nos da un gran collejón a todos los que tendemos a la queja fácil, sacude los hombros a los que solemos contrariarnos por cualquier tontería.

Hechosdehoy / Guillermo García Jiménez
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“Me ha despertado mi hijo. Se ha levantado muy pronto, justo un rato antes de que suene el despertador. Ya no podré volver a la cama y ayer me acosté tarde, como siempre. “Un poco de tele” -me ha dicho. Arrastro el cansancio de toda la semana y no me ha sentado bien no poder dormir un rato más. Salgo corriendo de casa para coger el tren que me lleva al trabajo. Cuando llego acalorado a la estación veo como se cierran las puertas, arranca y se va. El próximo tardará diez minutos o más. Estoy enfadado, empiezo el día mal. Qué mala suerte tengo”.

El libro que hoy recomiendo En la silla de Morfeo (disponible en www.amazon.es) de Alan Tenenbaum nos da un gran collejón a todos los que tendemos a la queja fácil, sacude los hombros a los que solemos contrariarnos por cualquier tontería y mirándonos fijamente a los ojos nos dice cariñosamente: “¡espabila!, alégrate, eres muy afortunado”.

En junio de 2008, el verano de la Eurocopa donde España consiguió su segundo título continental, Alan un joven de 26 años sufre un accidente tan terrible como inexplicable cuando se tira de cabeza a una piscina, y aparentemente sin un arañazo, queda cuadripléjico. Esto sí es mala suerte. Joven inquieto, deportista, viajero… el comienzo del relato estremece por la ignorancia inicial del alcance del golpe, por la confirmación del diagnóstico y por la manera ejemplar de asumir el suceso toda la familia.

Ya en el primer capítulo notamos que este libro es diferente básicamente por dos cosas: la original manera de mezclar sueño y realidad, y por su sentido del humor: un momento tan dramático como es la confirmación médica del tipo de lesión se transforma en un párrafo terriblemente divertido:

"-¿Qué cuadro estamos viendo doctor?-preguntó mi padre tratando de mantener la calma.

-¿Están familiarizados con el caso de Superman? -cuestionó el doctor secándose las gotas de sudor que se escurrían en su frente.

Hubo un silencio extraño mientras todos tratábamos de asociar mi accidente con un hombre encapado de calzones rojos que soplaba potentemente y volaba".

El protagonista hace un pequeño resumen de su vida desde el accidente, de cómo cambió a partir de éste y a la vez nos hacemos una idea de cómo era antes del mismo. Con el libro aprendemos muchas cosas, por lo menos en mi caso, sobre este tipo de lesiones, los términos médicos y acerca de la vida diaria de las personas con movilidad reducida: el trabajo, dedicación y esfuerzo continuo que supone para el afectado y toda la familia, en especial los padres (con los hijos es con lo único que no se puede ser cobarde en la vida).

Es un relato muy duro pero alentador. Logra transmitir sin dar pie a la compasión, la fuerza y el optimismo del protagonista; da la sensación de que puede conseguir todo lo que se proponga y lo que no, también.

El autor demuestra que en su situación es posible llevar una vida llena de aventuras, amor, trabajo, sexo, drogas y rock & roll. Todo aparece mezclado en un mundo onírico muy real: al principio despierta en una pesadilla, luego vive para soñar y finalmente sueña porque está vivo.

Nos hace darnos cuenta de que estar en una silla de ruedas solo significa eso: estar en una silla de ruedas. Son personas perfectamente normales con los mismos derechos que el resto.

Por favor, aprovecho para reivindicar lo necesario que es habilitar lo máximo posible nuestro entorno para facilitar su movilidad y asistencia; todos salimos beneficiados, ellos lo merecen y, siendo egoístas, no sabemos lo que nos deparará el futuro al resto.

El libro no solo nos enseña a apreciar lo que tenemos, sino también a adaptarnos a lo que nos propone la vida, tanto bueno como malo, y lo más importante: nos muestra la manera de enfrentarse a los problemas; entre reír o llorar no hay duda, siempre reír.

Banda sonora de otro momento cómico del libro:

En conclusión: una obra breve, muy entretenida, conmovedora, didáctica, bien redactada (geniales las notas aclaratorias) y con mucho humor; imposible de olvidar.

¿Alguna pega? Pues sí, la inexplicable preferencia del autor por Federer en lugar de Nadal o de la Selección de Holanda de fútbol en vez de la de España. Pero lo peor sin duda es el disgusto que me ha generado con las erecciones involuntarias. Ahora las asocio inmediatamente con él y eso, para un machote como yo, provoca un tremendo desasosiego.

“Me ha despertado mi hijo. Se ha levantado muy pronto, justo un rato antes de que suene el despertador. Ya no podré volver a la cama y ayer me acosté tarde, como siempre… Salgo corriendo de casa, está amaneciendo y la luna permanece todavía como en un lienzo. Me detengo y disfruto del paisaje; es la misma luna que puede ver Alan. Mágico”.

Teikirizi. ¡Gracias Alan!


El autor es un gran aficionado a la música y a los conciertos: Citizen Cope "Something to Believe In" – LIVE at Brooklyn Bowl – Bowlive, 3/8/12

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