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NO SE OLVIDE DE LAS MURALLAS

Ávila, donde el pasado se hace presente por arte de magia; visita obligada en 2015

Ávila no solo es la capital mística de Europa con su fortaleza de clausura, también es cuna de guerreros, de inquisidores, de filósofos, de políticos, del chuletón y de las yemas de Santa Teresa.

Hechosdehoy / Guillermo García Jiménez
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Hay lugares en el mundo con una atmósfera especial, donde te envuelve una sensación de leyenda en la que todo puede pasar pero, a la vez, transmiten quietud y serenidad; lugares donde el pasado se hace presente como por arte de magia.

Decía una comentarista durante la retrasmisión del sepelio del expresidente Adolfo Suarez en la catedral de Ávila refiriéndose a la personalidad del difunto: “es que los de Ávila son muy de Ávila”, de dónde van a ser si no.

Y en esa misma ciudad, en su cementerio y no en la catedral, es donde yo mismo descansaré entre azucenas olvidado. Camposanto donde, con el tiempo, acabaré teniendo más conocidos dentro que fuera. Casi puedo afirmar como dicen que ocurre en el África subsahariana, que en Ávila los muertos nunca se van del todo: acompañan a los vivos, les susurran y aconsejan, si estos lo permiten. Aunque quizás el frio en estos lares hace más evidente la ausencia del calor de los que ya no están. Ser enterrado aquí es, y si no debería serlo, como ser enterrado en la ladera del Monte de los Olivos, en Jerusalén, un asiento preferente para el día del Juicio Final, merecido favor por ser tierra de grandes santos.

La ciudad de roca, siempre medieval, firme, melancólica, ascética y eterna. Su cielo invernal, único cuando es gris porque está hecho de granito disfrazado y de un azul polarizado en el breve pestañeo del verano.

Para echar de menos a esta ciudad tienes que salir de ella, si no, te acostumbras a lo excepcional y no la valoras (es como tener un Velázquez en el salón de casa desde que naciste y sólo lo aprecias cuando visitas ARCO).

Caminar por Ávila es palpar un poco de la historia de Castilla. No solo es la capital mística de Europa con su fortaleza de clausura, también es cuna de guerreros, de comuneros, de inquisidores, de filósofos e historiadores, de políticos, del chuletón y de las yemas de Santa Teresa. Es patria del carácter castellano; seco por sufrido, sincero por agradecido y poco amigo de la ostentación por sabiduría.

Fiel hasta ser amable pero duro, sin sollozos ni remordimientos. Tal vez con el lastre del conformismo, resultado de la experiencia y del abandono al que los castellanos estamos acostumbrados, que agachar la cabeza no es asentir y menos olvidar. O tal vez todo son tópicos y nuestro noble temple solo sea un producto fortuito generado por el clima mesetario y la tierra exigua.

En Ávila se hizo un pacto con lo divino, desde los dioses vetones hasta la Virgen de Sonsoles, para que las noches estivales fueran claras y frescas con pocas nubes para ver fácil las perseidas y que los niños puedan pedir mil deseos. En la época de fríos se le concedió, adelantándose a la ciencia, la criogenización natural, con alguna dificultad para poder guardar el calor, pero con la ventaja que supone el tener nieve, elevando la cota de belleza de la ciudad a unos niveles difícilmente superables.

Libros sobre Ávila hay muchos y merecen uno o diez post aparte. Si tienen verdadero interés, cualquiera de José Belmonte Díaz es perfecto. Como curiosidad, la guía de viaje del nobel Camilo José Cela. Y para los aficionados a la historia, el recientemente publicado Ávila desde mi ventana de Luis Muñoz Díaz.

Visitar Ávila puede ser simplemente comerse un chuletón y dar un agradable paseo o puede ser algo mas; como deambular de noche por el Callejón de la Vida y la Muerte haciendo un alto para un caldito en Las Cancelas, ver la puesta de sol desde el paseo de “El rastro” o disfrutar de la panorámica nocturna desde los Cuatro Postes.

No voy a indicar ningún recorrido concreto, ni tampoco aconsejar que lo mejor es hacer noche en algún hotel por la imposibilidad de ver todo en un día y menos aun informar que allí en septiembre se celebra la mejor feria de mercado medieval.

No voy a recordar que el 2015 es el quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa con todo lo que eso supondrá en celebraciones, actos culturales y religiosos. Vayan a la oficina de turismo y ya que están allí pregunten sobre la Basílica de San Vicente, el Monasterio de Santo Tomas y su curiosísimo museo, el Tostado, San Segundo y su escultura orante, los numerosos Palacios, la Encarnación, San José, etc, etc. Pueden interesarse también por el teatro nocturno en verano, por alguno de los bares o restaurantes de uno de los mejores lugares de España para tapear, o simplemente no pregunten y exploren todos sus rincones.

Y por supuesto, eso si: no se olviden de las murallas.

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