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Estaba mediada la jornada de tarde en Akron, Ohio. Las pisadas de Tiger Woods, Martín Kaymer, Justin Rose y otros campeones se repartían por el Campo Sur del Firestone Country Club donde se disputa hasta el domingo el WGC Bridgestone Invitational.
En la casa de la playa de mi primo
Gonzalo habíamos cenado él, su mujer, mi prima
Margarita y yo celebrando el final del mes de julio. Entre los primos es una fecha especial, no por una particular y siempre merecida atención a los jesuitas y su fundador, cuya fiesta se celebraba ese día, sino porque mi tía
Alicia, había abandonado los calores del Sur – es un modo de hablar -, para emigrar ella y su carácter dominante y endemoniado al Norte.
Este año, invitada por una amiga pelota, ha establecidos sus reales en Galicia. Lo siento por los consumidores de vieiras, percebes, centollos, caramuxos, zamburiñas, nécoras y otros fruits de mer oriundos de esa región española: en cuanto El Bicho ponga un dedo de sus aristocráticos pies en el agua los crustáceos emigrarán despavoridos a caladeros más tranquilos, con severa merma y perjuicio para la despensa atlántica.
Por nuestra parte, habíamos consumidos unos sándwiches vegetales preparados por Trici y veíamos por Canal Plus, combinado en mano, las evoluciones de los campeones por los fairways de Akron. Los españoles habían jugado por la mañana con los siguientes resultados: Sergio García, había hecho 68 golpes (-2); Miguel Ángel Jiménez, -1; Pablo Larrazábal, +1 y Gonzalo Fernández Castaño, +9. El madrileño, necesitado de buenos resultados para garantizarse la tarjeta americana (la de jugar al golf, no la de crédito), es quien lo tiene ahora difícil, pero no desesperado: son cuatro días de juego y no hay corte: los 74 invitados pueden estar hasta el final: mientras hay hoyos hay esperanza.
Y de repente escuchamos el comentarista hacerse eco de una noticia llegada a la cuenta Twitter de la Redacción: un aficionado trasladaba la información de que Dustin Johnson abandonaba por tiempo indefinido el golf para ocuparse de problemas personales.
Nos quedamos tan perplejos como el propio locutor.
Gonzalo, todo se pega, movió la cabeza de un lado a otro al modo de su último caballo de salto olímpico, aunque con una mirada menos expresiva que la del noble equino.
Margarita, todo belleza, cogió su smartphone y trasteó compulsiva con el teclado, gesto que sólo le he visto hacer en los raras ocasiones en que no tiene la respuesta perfecta e inmediata.
Siempre tan segura y dominadora, como Cristiano Ronaldo, prefiere disimular a ser cogida fuera de juego. Por mi parte, con el aire de quien está al tanto de todo, di unos cuentas vueltas a los cubitos de hielo del gin-tonic, dispuesto a soltar una explicación que, desde luego no tenía.
Sólo la mujer de Gonzalo, Trici, segunda fortuna de la provincia, se acercó sin decir palabra al cercano estante, se hizo con su tablet y buscó en Internet el comunicado Dustin Johnson:
.- Dice: “Me tomo una excedencia del golf profesional, con efecto inmediato. Voy a utilizar este tiempo para buscar ayuda profesional con la que afrontar problemas personales. Dedicando el tiempo y los recursos necesarios para mejorar mi salud mental, el bienestar físico y la base emocional, estoy seguro de que voy a estar mejor preparado para cubrir mi potencial y convertirme en un campeón consistente. Respetuosamente ruego por mi privacidad a mis fans, admiradores y a los medios de comunicación mientras me embarco en esta misión de auto-mejora”.
.- “Problemas personales”: eso suena a enfermedad grave – dijo la siempre sensata y bien pensante Margarita.
.- O temas de “familia”…- apuntó Trici con intención, recordando una prolongada ausencia por motivos personales de otro campeón de golf.
.- Es el estrés– sentencié yo, seguro de que tener esta afición como trabajo y verse compitiendo por medio mundo debe producir calambres hasta en la glándula pituitaria –: el propio Sergio García ha necesitado ayuda psicológica por la tensión de este deporte.
.- Sí, pero no hasta el extremo de entrar en quiebra técnica – arguyó mi prima Margarita con este tecnicismo economicista, tan en su papel.
En fin, después de ejercer el hispano deporte de dar doctrina a paladas sobre lo que no se tiene ni idea, abandonamos el tema. Por la noche, brujuleando por las redes sociales me llamó la atención saber que el jugador americano había sido incluido por los abogados de Vijay Singh en una velada acusación de laxitud a la PGA, por supuesta benevolencia en otros casos de dopaje. Habrá que esperar con prudencia.
Lo cierto es que Dustin Johnson es número 16 del Ranking Mundial, 4º en la FedEx Cup. Gran pegador, ocupa la 2ª posición por distancia con el Driver (311,0 yardas) e iba a formar parte del US Team para la Ryder Cup.
Esta temporada lleva jugados 17 torneos de la PGA, de los que ha pasado 14 cortes, con 10 Top 10, 2 segundos puestos y una victoria, precisamente la del World Golf Championship-HSBC Champions, jugada en noviembre en Shanghai, con la que sumaba su octava victoria en el Circuito.
"Estaba terminando de escribir este post y me llama la más dulce voz: la de mi prima Margarita mientras.- Primo. Esto es la caña.
.- ¿De azúcar?– pregunto.
.- No: de cocaína – me corta -. La solvente revista americana Sport Illustrated informa en este momento que Dustin Johnson ha sido sancionado por el Golf profesional con 6 meses por dar positivo en consumo de cocaína.
.- ¡Qué palo! – suelto yo.
.- ¿De golf?
:- No de moral deportiva personal y pública"