1. Inicio
  2. Opinión
  3. Comunidad de blogueros
  4. Berlín embelesa con su arte, desde la Isla de Museos a la Puerta de Brandeburgo

UN PERGRINAJE (y II)

Berlín embelesa con su arte, desde la Isla de Museos a la Puerta de Brandeburgo

Al otro lado de Unter den Linden, se encuentran la Universidad Humboldt, la Biblioteca, el Museo de Historia Alemana y otro edificio neoclásico de Schinkel, Die Neue Wache.

Hechosdehoy / Ana María Preckler
fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo

En Berlín se encuentra el barroco más exquisito, como la Catedral protestante de Berlín, el Dom berlinés, con su inmensa cúpula – una de las más bellas entre las muchas que redondean el cielo de la urbe -, desde la que se divisa a sus pies, en su amplia extensión, toda la ciudad.

Situada en la Isla de los Museos – otro nombre de calidad poética -, la catedral se erige con todo el poderío prusiano de la casa Hohenzollern, cuya cripta, un enorme mausoleo, cobija a la mayoría de sus componentes. Allí reposan, entre otros personajes egregios, Federico el Grande y el último miembro de la dinastía Hohenzollern, el Káiser Guillermo II, que en apoyo del Emperador de Austria-Hungría, Francisco José I, como consecuencia del asesinato en Sarajevo, de su heredero, en 1914, fuera junto con él uno de los iniciadores y responsables de la Primera Guerra Mundial que causara millones de muertos y desmembrara el antiguo Imperio Austro-Húngaro cambiando para siempre el mapa de Europa.

En la Isla de los Museos se encuentra también la preciosa Nationalgalerie (1876), construida por Federico Guillermo IV, de color rosáceo, elevada por magnífica escalinata; y el Altes Museum (1830), con su extraordinaria columnata neoclásica, de sobria perspectiva alargada de un solo piso, realizada por el gran arquitecto berlinés Schinkel. Así pues, el barroco y el neoclásico, de inspiración griega y más concretamente ateniense, se disputan elegantemente el arte de Berlín.

Hacia abajo, por la Unter den Linden (Bajo los tilos), en el llamado Foro Fridiciano, se levantan la Ópera estatal o Staatsoper, de clasicismo renacentista, del arquitecto Knobelsdorff, y la Catedral católica de Santa Eduvigis, circular rematada con cúpula y frontón hexástilo, según modelo del Panteón romano. En el centro de este Foro, una amplia y despejada plaza, los nazis quemaron los libros de autores judíos, como los de los hermanos Heinrich y Thomas Mann y los de Stefan Zweig, entre los que se pueden rememorar.

Muy cercano, se eleva el Kronprinzenpalais, de elegante y señorial estructura clasicista con porche de cuatro columnas corintias que refleja la magnificencia de la monarquía prusiana. Enfrente, al otro lado de la avenida de los Tilos, se encuentran la Universidad Humboldt, la Biblioteca, el grandioso edificio del Museo de Historia Alemana (de interesantísimo contenido), y otro edificio neoclásico de Schinkel, Die Neue Wache (1818), hermoso y soberbio con su pórtico hexástilo rematado por frontón, de una total austeridad acorde con el Monumento que simboliza, el Memorial de las Víctimas de la Guerra, en cuyo sobrecogedor interior, completamente vacío, iluminado cenitalmente por un oculo superior, se halla exenta una única escultura de Käthe Kollwitz: “Madre afligida con el hijo muerto en la guerra”. Después de verla, el silencio y el recogimiento se imponen. Nada más tampoco se podría añadir.

Más hacia abajo, siguiendo por la avenida Unter den Linden, se llega finalmente a la Puerta de Brandeburgo (1791), del arquitecto Langhans, exquisita y logradamente reconstruida. Aquí terminaba o empezaba el Berlín Oriental o Mitte, pues todo lo que se ha narrado hasta ahora pertenecía a la zona comunista; el Muro se levantaba solamente unos metros antes de la Puerta de Brandeburgo.

A partir de aquí, por tanto, se establecía el Berlín Occidental o Kreuzberg. Sin embargo, antes de terminar el Berlín Oriental, queda hablar de la Gendarmenmark, en él situada, una plaza bellísima donde se erigen las Catedrales gemelas francesa y alemana y el Teatro o Konzerthaus (1921), nuevamente de Schinkel en puro y sobrio Neoclasicismo; y la Alexanderplatz, una enorme plaza, muy popular, donde se levanta, como un cohete espacial en su despegue hacia la estratosfera, la altísima Torre de la Televisión.

A pocos metros de la Puerta de Brandeburgo, se sitúa el edificio más emblemático de la historia de Berlín, el Reichstag, sede del Bundestag, cuyas sólidas fachadas clasicistas sufrieron la devastación de la guerra quedando en una mera y derruida carcasa, como tantos otros edificios berlineses.

El Parlamento alemán o Bundestag se encuentra bajo los muros y la imponente cúpula del Reichstag, rehecha por el arquitecto inglés Norman Foster con bóveda acristalada y originales prismas inclinados y abiertos, por donde penetra el aire y por donde también pueden entrar las aves, para evitar lo cual una bandada de ágiles halcones sobrevuela constantemente la bóveda, como un ejército disciplinado y en formación, no podía ser menos siendo germánico, aleteando vigilante con sus largas alas desplegadas. La visión de Berlín desde la cúpula fosteriana es sencillamente extraordinaria.

Nos vamos alejando poco a poco del arte para acercarnos a los puntos más trágicos de la ciudad. Así el Checkpoint Charlie o Control Aliado, donde empezaba el sector americano, único punto para atravesar el Muro, construido en 1961, una fecha álgida de la Guerra Fría y de la ocupación comunista de Berlín. En sus cercanías se encuentra el Museo del Muro, donde además de la historia del Muro se cuentan las dramáticas vivencias de los habitantes de la parte ocupada, con fotografías y documentos que demuestran la falta de libertad en que vivían, y se enseñan los coches y trucos que utilizaban para evadirse buscando la libertad.

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Fill out this field
Fill out this field
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.
You need to agree with the terms to proceed

twitter facebook smarthphone

ARCHIVO DEL AUTOR

Menú