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OPEN CHAMPIONSHIP: LET IT BE

Rory McIlroy pone tierra de por medio a Rickie Fowler, Sergio García y Dustin Johnson

Las remontadas espectaculares en los grandes no son la norma, pero los links del Royal Liverpool ponen sus condiciones como la lluvia y viento en Hoylake, para un final memorable del British 2014.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
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Las previsiones meteorológicas obligaron a cambiar la organización de la penúltima jornada del Open. Los avisos de lluvia y aparato eléctrico aconsejaron evitar la tarde. Los 72 supervivientes tras el corte salieron por los dos tees –el del hoyo 1 y el del hoyo 10– en partidos de tres jugadores. Estas cosas afectan. No es lo mismo ser líder y salir por la mañana. No da igual alterar la costumbre de jugar partidos de dos. El golf, como tantas cosas de la vida, tiene sus rutinas y hay gente que lleva mal que les cambien sus hábitos.
 
La lluvia fina estuvo cayendo durante la mañana y cesó cuando los partidos más importantes empezaban la segunda vuelta. Vimos, pues, paraguas, chubasqueros y otras prendas de protección: en esas latitudes no guardan nunca los abrigos. No es fácil en tales condiciones hacer recorridos sin errores, por lo que pienso que merecen una cita de honor Martin Ben (-2 en el día) y David Harman (-4) los únicos que han estado libres de bogey o peor en todo el recorrido.
 
Fuera de esto, en lo competitivo nos atenemos a los resultados y a los comentarios de nuestros amigos Amateur 1 y Amateur 2 que, cerca de la mesa de mi prima Margarita, comentaban la jornada con sendas pintas de cerveza por delante en el Blue Anchor –El Ancla Azul– ese acogedor pub de Market Street de Hoylake.
 
.- Hartible, que diría Carlos Herrera –comentó Amateur 2 sorbiendo algo de espuma de malta–: este Rory es y está hartible. En inglés “harteibol”.
.- Hombre, no soy “fósforo” del comentarista andaluz –arguyó Amateur 1– pero, con tu inglés lo de “harteibol” suena a deporte de vanguardia o a mesa de cirugía torácica. La verdad es que el norirlandés lleva mejores tarjetas que las de visita de Isidre Fainé, el de La Caixa: 66-66-68 golpes. Y hoy el “angelito” va y se adorna con dos eagles en los hoyos finales: en el 16 y en el 18.
.- Dos en las agujas, que diría un taurino: banderillas de fuego a sus perseguidores. A ver… -comenzó a decir Amateur 2 mientras sacaba de su bolsillo un cuaderno de notas–, aquí lo tengo: lleva un total de -16; le sigue Rickie Fowler con -10 (ahí es ná), y con -9 Dustin Johnson el americano y Sergio García.
 
.- 6 o 7 golpes de diferencia… humm: se me antoja una diferencia enorme para remontar en un British –sentenció Amateur – Sencillamente imposible.
.- “Impossible is nothing” que diría Adidas, la marca de Sergio García –adelantó Amateur 2 y se comió un pepinillo del aperitivo– Hay antecedentes…
.- ¿De veras? – preguntó Amateur 1 algo incrédulo.
.- Of course, my friend –sonrió Amateur 2 y se entretuvo manchando de cerveza barbilla y pantalones, orgulloso de recordar algo a su compadre-: el récord está precisamente en un British, el de 1999, cuando Paul Lawrie le remontó hasta 10 golpes a un francés.
.- Cierto, a Jean Van de Velde.
.- Claro: con ese apellido tenía muchas papeletas… –rió guasón Amateur 2.
.- ¿Cómo?
.- Pues si “van de velde” sería algo bético… si se hubiese apellidado Van de Lojo…
 
Las crónicas de golf recogen esa remontada, pero los videos de Youtube y la memoria se han quedado con la debacle del bueno del francés, que en el hoyo 18 de aquel célebre Open, tenía una gran ventaja, pero que la tiró por la ventana, o mejor por los lagos y por el rough hasta precipitarse en un triple bogey. Abrió así la puerta a un desempate con Justin Leonard y Paul Lawrie que, finalmente, se llevó el escocés de Aberdeen.
 
En fin, Rory McIlroy tampoco es flojo y seguro que planteará las cosas para no perder esta oportunidad de hacerse con el tercer major de su carrera y la segunda victoria del año.
 
Por su parte el campo se adapta a las condiciones de Sergio García que no ha tenido especiales dificultades, no obstante algunos desajustes de distancia en approach cercanos a bandera y en putt cortos. Su tarjeta de hoy, -3 está entre las mejores, ya que sólo ha habido dos con -5 y ocho con -4.
 
Sobre todo, nos ha vuelto a gustar su actitud en el campo, con gestos de coraje y compromiso, pero sin un solo ademán destemplado por los pequeños y, por otra parte inevitables, fallos de puntería en el putt y lectura de caídas en el green.
Para Sergio el triunfo está lejos, el horizonte cerrado, llueve en Liverpool, patria chica de The Beatles y la esperanza se hace cuesta arriba, por eso podrá llenarse de fuerza y cantar bajito y confiado “and when the night is cloudy // there is still a light that shines on me, // shine until tomorrow// Let It Be”.

 

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