La semana pasada el presidente Donald J. Trump (*), en el acto de graduación de cadetes de la academia militar de West Point, sostuvo que Estados Unidos ha gastado 2 trillones de dólares en la modernización y equipamiento de las fuerzas armadas norteamericanas. Destacó que las ha dotado con la más sofisticada tecnología militar.
Trump calificó a West Point como “ejemplo universal de gallardía y devoción.” Antes, el secretario de Estado, Mike Pompeo (*), mantuvo una reunión de urgencia con el más alto diplomático del Partido Comunista de China, Yang Jiechi, en Hawáipara tratar temas de las relaciones que están en su punto más bajo. Estados Unidos decidió reforzar sus bases militares, marítimas y áreas, en las inmediaciones del mar de China, en prevención a movimientos militares chinos en esa estratégica zona del sur meridional asiático y el sudeste asiático.
Unas declaraciones del secretario de Estado Pompeo, recogidas por el Financial Times, dijo que China pretende un dominio imperial en África. Pompeo hacía la advertencia sustentado en declaraciones del exasesor de seguridad nacional John Bolton de que Beijing “busca el domino global.” China ha invertido grandes recursos en África para asegurar el suministro de materia prima y ha otorgado cuantiosos empréstitos a gobiernos africanos.
Es parte de la estrategia de Xi Jinping de insertar al continente en la iniciativa el Cinturón y la Ruta de la Seda. Al mismo tiempo de la declaración de Trump en West Point, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tedros A. Ghebreyesus, se refirió a la disputa entre el presidente Trump y la agencia de las Naciones Unidas, de estar parcializada con China debido al origen de la pandemia del coronavirus en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei.
Ghebreyesus dijo que era difícil detener la pandemia con un mundo dividido, en obvia alusión a las diferencias entre Washington y Pekín. El 29 de mayo Trump congeló los fondos estadounidenses a la OMS.
(*) Xi Jinping y Li Keqiang, ¿tensiones en el Partido Comunista de China?
(*) Donald Trump y Xi Jinping, debilitados por COVID-19 en la geoestrategia mundial