La luz de Cádiz reverbera sobre las blancas paredes de sus casas. Ya es verano, el calor aprieta y solo se ve atemperado por la brisa marina al atardecer. Cádiz es un dédalo de calles que descubren una ciudad diferente, alegre, jovial como sus gentes. Ciudad que encierra a cada paso un secreto por descubrir. Uno de ellos es el Café Royalty, abierto en 1912, cien años después de la proclamación de la famosa Pepa y que tras la guerra civil ha dormido convertido en almacén hasta su reciente recuperación.
Es sorprendente encontrar en una esquina de la Plaza de Candelaria este café que pasa por ser el último café romántico de España. Lugar que fue de veladas literarias y musicales, centro de conspiraciones políticas y escaparate viviente de un tipo de sociedad ilustrada desde que lo fundaran la familia Gómez Doré. Hoy vuelven a vivir las paredes con sus pinturas e historia; los artesanados, las escayolas monumentales con el añadido del pan de oro para su mayor brillo. Al traspasar el local uno da un salto en el tiempo.
Tras sus años de esplendor el local fue convertido en almacén hasta que otra familia, los Serna Martín, lo sacaron del olvido tratando de reconstruir su antigua y barroca belleza, buscando por Europa muebles, espejo y lunas de añejo cristal que retornaran la vetustez de antaño, como hemos indicado.
Ahora es un restaurante donde se goza primero con la vista. Y hay que reconocer que también con los otros sentidos. La idea culinaria es, sin renunciar a los productos de la tierra, crear una oferta amplia para las ocho mesas que componen el espacio. Una cocina de corte burgués y espectro amplio, abierta también a algunas concesiones modernas.
Si en Cataluña se puede hablar de ese plato que aúna el pollo con la langosta y que denominan "mar y montaña", aquí en Cádiz, para sorpresa de muchos, podemos hablar de "mar y dehesa". El mar cercano proporciona un pescado de primera calidad y también un excelente marisco. Y en cuanto a la dehesa, las vecinas tierras de la Janda y el campo de Gibraltar producen un vacuno autóctono: la retinto, que responde a la Denominación de origen retinto Zahara de los Atunes. Ese filón se explota en esta señorial casa.
Cada mesa tiene un cuidado servicio a tono con el ambiente. En la cocina están Paco González Segundo y Arturo Vela Rincón, que nos proponen un menú degustación.
Comenzamos con un pulpo a la gallega. Un empedrado de pulpo y patatas bien aliñados con aceite de oliva virgen extra y su toque de pimentón. Podemos hacer mojetes con estupendo pan de Espera, de la sierra gaditana. Poco tiene que ver el plato con Cádiz pero está en su punto y se agradece.
Con un buen atún de Barbate – esta vez sí que comemos producto de la tierra, en este caso del mar- confeccionan un tartar que se acompaña con una salsa de pistacho que le va muy bien. Es atún rojo pescado con el tradicional y espectacular arte que es la almadraba. El toque salado lo añaden unas huevas de salmón que lo acompañan.
Seguimos con unos chipirones en su tinta. Unos medianos ejemplares, muy frescos y bien cocinados acompañados con su ración de arroz. Hay que saber domar la carne al fuego haciéndola digerible y amable al paladar. El arroz se ha combinado con cebolla y un toque de ajito y canela en rama.
El plato más consistente y más redondo es ese solomillo de retinto. Va sellado y no muy hecho a la plancha y tiene como guarniciónes un pastel de patata y un milhojas de verduras. Una carne muy sabrosa que se corta fácilmente y se digiere mejor.
Un buen remate puede ser un buen queso Payoyo, llamado así por los habitantes de Grazalema que por este nombre se les conoce y que es donde se elabora. Es un queso de gran calidad fruto de la mezcla de leche de cabra y oveja de de la Sierra del mismo nombre. Pueden degustarse frescos, semicurados o curados. Poco conocidos, uno no puede toparase con ellos y no probarlos.
Para los más golosos hay una cuidada selección de postres elaborados que cambian a diario en el menú.
FICHA
Café Royalty
Plaza de Candelaria. Cádiz
Tel:956078065
Día de cierre semanal: Abierto toda la semana
Precio aproximado: 45 euros menú degustación