El principal maestro de la Pintura Nabi es Pierre Bonnard (1867-1947), artista francés muy poco conocido hasta ahora en España, quien expone en la actualidad en la Fundación Mapfre en la Sala de Recoletos de Madrid, hasta el 16 de Enero de 2016.
Educado en la Escuela de Bellas Artes de París y en la Academia Julian, Bonnard, en efecto, puede considerarse como el más destacado de los pintores Nabis. Su pintura presenta las características más puras del estilo, con connotaciones impresionistas y sintetistas y gran riqueza de colorido y de materia.
Bonnard aplica pinceladas múltiples, con variado cromatismo, en colores claros, irisados, incandescentes, degradados, de una gran belleza, con los que acompaña sus temas íntimos y delicados, penetrando con esta técnica, a la que seguirá siempre fiel, en las primeras décadas del siglo XX.
En sus cuadros abundan los desnudos femeninos, solitarios, serenos, estáticos, o en pausado movimiento, mostrados en momentos de aseo e intimidad, apreciándose en ello influencias de Degas, en los que suele tomar como modelo a su propia esposa.
Otras obras suyas poseen el influjo de Renoir y del holandés Vermeer, así como de los pintores impresionistas y de los grabados japoneses. Sus cuadros poseen una luz difuminada por la que se entrevé la realidad como a través de un prisma que la suaviza y transforma mostrando solo su lado amable y bello.
Hay una equilibrada distribución de masas y volúmenes entre las figuras y los objetos, que a veces están cortados en sus extremos; la perspectiva es irreal, tomada con punto de vista generalmente alto, y con frecuencia con cortes arbitrarios en el dibujo.
Bonnard, como Vuillard, es un gran amante de la vida cotidiana, reflejando en sus lienzos plácidas escenas de interiores costumbristas, generalmente de mujeres y niños, retratos de familiares y exteriores de jardines y calles al modo de Renoir.
Sus cuadros están tamizados por la luz que reverbera dentro de una gran luminosidad general. Entre las obras más importantes de Bonnard se halla su serie de Desnudos en el Baño, realizada ya en el siglo XX, con desnudos femeninos captados durante el aseo íntimo en el baño, en los que se aprecian las influencias de Degas.
De sus numerosos desnudos se presentan varios de los más destacados en la exposición de Mapfre. También se muestran algunos de sus retratos y autorretratos, faceta que el pintor realiza con presteza psicológica y bodegones muy decorativos.
Pero posiblemente lo más rico de la exposición sea, junto con sus desnudos, sus paisajes y jardines que con frecuencia muestran figuras femeninas, muy delicadas, o sus marinas donde la reverberación de la luz se hace aún más patente.
Son muy interesantes las grandes decoraciones del segundo piso que decoraban casas y cafés como los del comedor de Misia Edwards. En definitiva, Bonnard pinta tanto exteriores como interiores, volcando los primeros en los segundos de tal manera que sus cuadros reflejan como se ha dicho la intimidad y también las emociones, la nostalgia, el ensimismamiento, la sensibilidad, el misterio y la ensoñación.