Que una empresa cumpla cuatro décadas puede no suponer mucho, pero que lo haga una empresa tecnológica, sí lo es. Muchas han sucumbido en estos vertiginosos años y sólo quedan recuerdos para los que ya tenemos algunos años: Atari, Commodore, Sega o Nokia son algunos de los ejemplos. Otras se han reconvertido y han resurgido de sus cenizas como Apple o IBM y en el camino han surgido otras que se han convertido en gigantes con el caso más paradigmático de Google o Facebook. En este contexto, que Microsoft cumpla 40 años llenos de éxitos y algunos fracasos tiene un enorme valor.

La clave de su éxito inicial estuvo en anticiparse a las necesidades y posibilidades que iba a crear la microinformática. Gracias a ello, consiguió una posición fuerte en el mercado con sus productos desde la que ha podido lanzarse a otros proyectos. De todos ellos destaca su liderazgo en sistemas operativos.

Cuando se pensaba que la informática sólo era accesible para grandes empresas, creó un sistema, MS-DOS que de estándar para IBM fue el pilar para la expansión de la microinformática. Aunque su sistema fue un paso adelante en accesibilidad, con comandos y sentencias no demasiado complejas no era ni universal y obligaba a un gran aprendizaje para sacar su máximo provecho. Para simplificarlo se creó Windows. La Versión 3.1. fue un gran éxito pero sin duda el gran paso lo hizo con Windows 95 y su famosa tecla “inicio” que nos acompañó hasta la versión 7 y que volverá a recuperarse felizmente este año con Windows 10.

El otro pilar ha sido la ofimática de la mano de Office. Su arranque no prometía ser un camino de rosas pero consiguió imponerse a fuertes rivales. Word Perfect era el estándar de edición de textos y Lotus 1-2-3 el de hojas de cálculo. Hoy casi nadie se acuerda de ellos y Word y Excel son los reyes indiscutibles.

Recuperar la chispa perdida

No todos han sido éxitos, también la empresa de Bill Gates ha tenido grandes patinazos. En sistemas operativos las versiones Me y Vista no serán recordadas con mucho cariño por sus usuario como tampoco lo ha sido la más reciente Windows 8. Tampoco ha sabido gestionar correctamente fortalezas, como ha ocurrido con el navegador Internet Explorer, amplio dominador hace una década y ahora en una posición muy marginal. Con Spartan, la empresa de Seattle tratará reconquistar terreno perdido.

Microsoft pecó en los últimos años de abandonar la innovación y el riesgo y ser un seguidor de proyectos de otros, y el que llega tarde, a veces sólo le quedan migajas. Zune es quizá el ejemplo más paradigmático. Aunque el reproductor MP3 de Microsoft era técnicamente muy bueno pero cuando se lanzó al mercado este ya estaba dominado por los iPod de Apple. Algo parecido está ocurriendo con tabletas (tablets) y teléfonos móviles, pero este segmento tiene una importancia bastante mayor y ni mucho menos puede abandonarlo como lo hizo con Zune.

Con una caída cada vez más importante en la venta de PC y portátiles, el futuro de la compañía se juega en los dispositivos móviles donde desplegar tanto sistemas operativos como todo tipo de software. Con un mercado dominado por sus competidores Apple y Google a través de Android, sólo si consigue ofrecer productos y soluciones diferentes conseguirá el crecimiento que se espera de este gigante tecnológico y celebrar felizmente más cumpleaños.

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