Windows 10 no ha llegado a cumplir el año cuando Microsoft ha anunciado a sus usuarios su esperada actualización de aniversario, mejoras importantes, algunas visibles, la mayoría “en sus tripas” que hace que sea necesario un ordenador más potente.
Hace algunas semanas, Microsoft anunciaba su gran actualización para Windows 10, ahora ya conocemos detalles y como lo que eran rumores, se confirman. Por ejemplo se confirma que será gratuita y que trae cambios importantes en la gestión del hardware aunque ello conlleva la “expulsión” de equipos de baja gama, ya que el requisito de memoria pasa a los 2 GB, desde el de 1 GB de la versión básica.
Esto no tiene que suponer un gran problema, ya que la práctica mayoría de los equipos que migraron de sistemas operativos anteriores a Windows 10 partían de una memoria de 4 GB. Pero si es importante e indicativo este aumento de requisitos, ya que es la primera vez que una actualización lo requiere desde el año 2009 ya que Windows 10 busca ser referente entre los equipos de alta prestaciones.
Esto no significa que si tiene un ordenador con 1 GB de memoria no pueda descargar esta actualización, que entre otras cosas, contienen mejoras de seguridad. Lo que ocurrirá es que no funcionará a pleno rendimiento y ralentizará los procesos.
Cambios pensando en el futuro
Windows 10 piensa en los ordenadores del futuro y por ello soportará Trusted Platform Module (TPM) 2.0., un microchip que permite al equipo usar características de seguridad avanzadas reforzando el cifrado interno. E igualmente montarán Windows Hello, un sistema de seguridad biométrica que se basa en un lector de huella digital.
Otra novedad será Windows Ink, la integración para los dispositivos de lápiz óptico en las pantallas táctiles. Esta novedad permitirá cambios para sticky notes, así como incluir dibujos o textos en los mapas. También ofrecerá una versión mejorada del rendimiento de Cortana, el asistente de voz de la firma.