El mayor éxito de Barack Obama -gracias a la mano de John Kerry– estuvo en implicar directamente, en las operaciones en Siria contra la guerrilla de Estado islámico (ISIS) a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
La sorpresa ha sido doble. El embajador de Emiratos Árabes Unidos (EAU) en Washington, Yousef Al Otaiba, contó al programa Morning Joe de MSNBC que fue una mujer, Mariam al Mansouri, quien estuvo al frente del escuadrón de su país en la operación contra los centros logísticos de ISIS en el área de Raqqa en Siria. Inmediatamente Arabia Saudí desveló las fotografías de ocho pilotos que participaron en la misión.
Entre ellos, mujeres y hombres, y sobre todo protagonismo del príncipe Salman. Es uno de los 13 hijos del heredero de la Casa Saud, el príncipe Salman Bin Abdulaziz al Saud al frente también de la cartera de Defensa. Pero ha sido Mariam al Mansouri, de 35 años, comandante, quien ha tomado todo el protagonismo de esta misión conjunta de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos contra la guerrilla suní radical. Los analistas han destacado que es vital que Arabia Saudí y los países del Golfo Pérsico rectifiquen errores y comprendan que sólo puede existir una única voz, la de la moderación, en el Islam.
Emiratos Árabes Unidos dio un golpe militar y también psicológico, convirtiéndose en el líder árabe de la operación contra ISIS al nombrar a Mariam al Mansouri al frente de las operaciones contra bases logísticas, centros de mandos, y refinerías -como informó Hechos de Hoy– en poder de la guerrilla. Obliga así a Arabia Saudí y Catar a comprender que se está en un momento en Oriente Medio de elección de dos sociedades, la barbarie de ISIS -que está devorando fronteras- o una sociedad de valores islámicos basada en el progreso y la moderación.
El salvajismo de la guerrilla y el infierno de la guerra civil siria es inaceptable. Pero sólo estamos en el primer capítulo de un tablero complejo que exige de una vez a Arabia Saudí compromisos y debates en profundidad. Emiratos Árabes Unidos marcó el camino que es importante y marcó un giro copernicano. Todo ello lo representó con audacia y humildad la perseverancia de Marian al Mansoui, la heroína en días de quienes no aceptan en el mundo árabe la dictadura del horror y la sumisión.