En la Fundación Juan March (calle Castelló, 77, Madrid) se expone una retrospectiva de Lionel Feininger hasta el 18 de Mayo de 2017. Con la habitual exquisitez que acostumbra la Fundación, a lo largo de ocho salas se muestra una variedad inusual y extraordinaria de la obra de este artista germano-americano que merece la pena visitar y estudiar en profundidad al tratarse de un creador no demasiado conocido en España pero que aporta a la historia del arte su producción en distintos estilos vanguardistas.
Así podemos contemplar desde grabados, ilustraciones, revistas, dibujos, aguafuertes, tinta negra, carboncillos, acuarelas, pastel, libros, cartas, partituras, fotografías, hasta pinturas al óleo. Los estilos son variados y se puede decir que su obra oscila entre la figuración hasta la abstracción o figuración abstracta. Predomina en su obra el geometrismo, con figuras como el rectángulo, el triángulo o el cuadrado, coloreados de una forma difuminada lo que les dota de volumen, en lo que podría ser un cubismo abstracto, aunque casi siempre con títulos figurativos.
Según el cuadernillo del Dossier de Prensa de la Fundación, “Feininger no abandonaría su compromiso con la pintura, cuyos resultados le satisfacían cada vez más. En 1910 consiguió ser admitido finalmente en la Berliner Secesión, donde expuso un óleo por primera vez, y al año siguiente expuso seis pinturas en el Salon des indépendants de París, muestra en la que además tuvo acceso por primera vez a la obra de los cubistas franceses, quedando profundamente impresionado. “Encontré fascinante el mundo del Cubismo del que no había oído hablar. Era algo que yo, intuitivamente, había estado buscando durante años”….. “No obstante, y a pesar de que la existencia de cierto parentesco espiritual es innegable, Feininger se mantuvo siempre a la distancia necesaria para no dejarse atrapar por el rígido esquema cubista. La suya es más bien una pintura cubo-futurista".
"De esta forma podemos entresacar entre tanta variedad productiva algunos cuadros que hemos considerado más característicos, en los que predominan los paisajes y las arquitecturas, y la figura que irá desapareciendo poco a poco de su obra. Así Sin Titulo. El hombre de blanco, 1907, Sin Título. Cristal Roto, 1927, que es ya una abstracción, The real Clown, 1919, figuración abstracta, Sin título. La dama de malva, 1922, En la playa, 1913, Bañistas en la playa, 1915, Puente de Weimar, 1918, Zirchov VII, arquitecturas abstracto-figurativas, Nube rosa, 1928, La Isla, 1922, Flota de Guerra, 1920, Buque de carga, 1943 o los Bocetos del Mural del Pabellón de Transporte Marítimo de la Exposición Universal de Nueva York, 1939, con tres cuadros horizontales con barcos, banderas, alegre colorismo y precioso dibujo.
Feiniger, un artista de múltiples proyecciones
El artista germano-estadounidense, Lyonel Feiniger, que se manifiesta en una serie plural de estilos y géneros, nace en Nueva York pero marcha a Europa en 1887, en concreto a Hamburgo, Alemania, donde estudia dibujo, prosiguiendo en la Academia de Berlín. En sus inicios se dedica a la caricatura en revistas humorísticas alemanas y para los periódicos americanos Harpers y The Chicago Tribune.
A partir de 1909 se dedica a la pintura y tiene relación con los movimientos cubistas y futuristas en París lo que se refleja con claridad en su pintura en las que predomina el dibujo lineal y las formas geométricas entremezcladas, realizadas con una gran limpieza de composición y coloridos neutros. Tiene también contacto con los movimientos expresionistas Die Blaue Reiter y Die Brücke, exponiendo con los primeros en 1913 en el primer Herbstsalon alemán. Es profesor de la Bauhaus alemana durante el tiempo de la existencia de la misma, de 1919 a 1933, cuando es cerrada por el nacionalsocialismo hitleriano.
Por este motivo realiza una visita a Norteamérica en 1936 instalándose en Nueva York a partir de 1938. Allí realiza importantes exposiciones, en el MET, Metropolitan Museum en 1942 y en el MOMA, Museum of Modern Art, en 1944.
Feininger fue siempre un artista de múltiples proyecciones como las ya citadas del cómic y la caricatura así como la pintura en estilo muy afín al Cubismo y Futurismo, que efectúa de modo muy personal y distintivo, con un resultado prácticamente abstracto en sus composiciones, en las que predominan los cuadrados, rectángulos, triángulos etc., matizados por una especialidad de color neutro difuminado que produce un juego de volúmenes y distintos planos a sus figuras por lo que se le puede enmarcar en el Constructivismo. En otras ocasiones su pintura es figurativa.
En 1919 Walter Gropius, arquitecto y director de la célebre escuela de arte Bauhaus le llama para que forme parte de su profesorado, trabajando junto a Klee, Kandinsky, Max Bill y otros artistas famosos en la escuela. En la Bauhaus trabajó la técnica del grabado en madera a la fibra que como su pintura se desarrolla en distintos planos. Su arte fue tachado de “degenerado” por el nazismo.
“La Bauhaus surge en Alemania como una escuela avanzada, que favorece, acoge, canaliza, y promociona las artes procedentes del exterior, creando además su propio y original estilo, núcleo de portentosa actividad y creatividad artística, de síntesis y unión de todas las artes. La Bauhaus fue única y ejemplar como academia de las artes, expandiendo y difundiendo su innovadora ideología artística a través de sus enseñanzas. Continuó indirectamente después de su cierre, en 1933, a causa del nacionalsocialismo, con la posterior emigración al extranjero, especialmente a Estados Unidos, de algunos de sus más relevantes miembros. Entre los artistas que abandonaron Alemania y se nacionalizaron americanos, se encontraban los arquitectos Gropius, Mies Van der Rohe, y Marcel Breuer, y los pintores Lyonel Feininger, Josef Albers y Moholy-Nagy.
Estos extraordinarios creadores, sumados a Mondrian, que pasó los últimos cuatro años de su vida en Nueva York, y a la gran proyección del suizo Max Bill en ese país, dan una idea del influjo que tuvo la Bauhaus y el arte abstracto europeo en Norteamérica que brotó en la segunda mitad de siglo con una fuerza y dinamismo portentosos en el Expresionismo Abstracto”. (1)
(1) HISTORIA DEL ARTE UNIVERSAL DE LOS SIGLOS XIX Y XX. Editorial Complutense 2003 (hoy en Servicio de Publicaciones de la Universidad Complutense de Madrid). Ana María Preckler
