Charles Edouard Jeanneret, más conocido como Le Corbusier, empezó su carrera artística como pintor fundando junto a Ozenfant el Purismo que fue una modalidad del Cubismo. Éste hecho es importante pues aunque luego abandona la pintura para dedicarse de lleno a la arquitectura, las huellas del Cubismo permanecen reflejadas en sus obras.
Le Corbusier, aunque es originario de Suiza, trabaja fundamentalmente en Francia, donde se instala en 1917. Ha sido uno de los arquitectos más famosos, prolíficos, creativos e innovadores del siglo XX, con obras que se erigen por todo el mundo, así como un gran teórico dejando escritas sus ideas en varios libros entre los que destaca Hacia una arquitectura, 1923.
Posiblemente Le Corbusier es, más que ningún otro arquitecto del siglo XX, el representante idóneo del Racionalismo, uno de los dos grandes estilos arquitectónicos que se crean en la centuria, el otro sería el Organicismo.
El Racionalismo se instaura con Gropius, Van der Rohe y Le Corbusier en la primera mitad del XX. Es con Le Corbusier cuando el paralelepípedo exento, cerrado, liso, sin articular, se hace prototipo de esta arquitectura racionalista, realizada desde fuera hacia dentro, en la que predomina la función sobre el órgano.
Entre sus primeras obras se halla la famosa Villa Savoye, 1928-30, que se constituye en paradigma de su estilo constructivo y por añadidura del Racionalismo, al llevar incorporadas algunas de sus innovaciones arquitectónicas, como fueron los pilotes, las ventanas en franjas horizontales y la terraza-jardín. Se trata de un cubo cuadrado sostenido por pilotes que lo aíslan del suelo, en el que, a lo largo de sus cuatro frentes, corre una banda continua de ventanas horizontales. Lo fundamental en Villa Savoye es su estructura cubista y su proyección abstracta, reflejo del pintor Jeanneret que siempre habitaba en Le Corbusier.
La arquitectura de Le Corbusier es sumamente sencilla, esquemática y reducida a lo elemental, de una gran sobriedad y limpieza de volúmenes que se presentan casi siempre desnudos y desornamentados, pero acaso en ello estriba su genialidad y su inmenso éxito y difusión a lo largo de todo el siglo XX, por lo que se constituye en prototipo no solo de la arquitectura racionalista sino también de la arquitectura contemporánea.
Será pues una arquitectura aislada de la naturaleza, construida desde el exterior hacia el interior del edificio, por lo que nos encontramos con una construcción cerrada, totalmente diferente y opuesta a la organicista cuyo máximo representante fue el americano Frank Lloyd Wright. Otras características de su obra son el brise-soleil, celosía de hormigón que sirve para atenuar la entrada del sol en las casas de países cálidos, el uso de un módulo denominado “modulor”, que consiste en la medida de un hombre de pie, y de pie con un brazo levantado, y la utilización del hormigón armado visto en las fachadas.
En el Museo Caixaforum, Paseo del Prado, 36. 28014 Madrid, se expone hasta el 12 de octubre la obra de Le Corbusier.