Valérie Trierweiler continua hospitalizada una semana después de sufrir el shock de su vida. No es que intentara quitarse la vida, sino que tomó algunas pastillas, quizá alguna "de más", para frenar el ataque de ansiedad que sufrió tras la conversación con François Hollande, momentos antes de que se publicara el reportaje de marras de la revista Closer. Al menos eso es lo que ha revelado una fuente a la cadena RTL y a Le Point. Trierweiler, dos veces casada y madre de dos hijos, se encuentra según esta publicación en un estado de "extremo agotamiento nervioso".

Es un hecho que ni la paciente, ni los médicos que la atienden en el Hôpital de la Salpêtrière, quieren que la primera dama reciba la visita del presidente después de confirmarse la relación sentimental con la actriz Julie Gayet. Lo que todavía está por ver es si realmente está embarazada, como se tuitea por las redes.

La actriz ya ha anunciado medidas legales contra la publicación por "violación de su privacidad" mientras se lame las heridas porque el ministerio de Cultura le ha retirado el nombramiento a Gayet como miembro del jurado que debe elegir a los becados de la Villa Médicis, una prestigiosa institución cultural francesa en Roma.

En cuanto a la popularidad del presidente, no se ha visto afectada al destaparse el "escándalo". Hollande se mantiene en enero en una floja aprobación del 17%, al igual que el pasado mes de diciembre. Y de momento parece hacerle caso a los médicos y no se acerca a visitar a la que es o fue su compañera sentimental. Una mujer que nunca ha conquistado los corazones de los franceses, todo sea dicho. Por ella abandonó en 2007 a su compañera anterior Ségolène Royal y a sus cuatro hijos. Muchos franceses consideran que debería de haberse retirado de su puesto de primera dama -presupuesto de 20.000 euros al mes- con la cabeza alta y un poco más "saber estar".

Y mientras Hollande decide de aquí al próximo martes como solucionar sus problemas sentimentales y quién está a su lado cuando visite a Barack y Michelle Obama, el que pesca en río revuelto es su antecesor, Nicolas Sarkozy, quien tilda al presidente de "ridículo". El expresidente, que vivió lo suyo hasta casarse con la modelo y cantante Carla Bruni, se ríe abiertamente de Hollande.

"En una foto en la que Hollande sale con un casco puesto de la casa de su amante, se ve absolutamente ridículo. Es un presidente ridículo", citó las palabras de Sarkozy el periódico Le Canard enchaîne. Además señaló con regocijo que él fue capaz de salir de una situación similar con más gracia, refiriéndose a su relación prematrimonial con Bruni. "A ver si esta situación pone fin a sus rollos moralizantes", añadió Sarkozy.