Por fin, sólo en la tienda online, se puede adquirir en España y México la nueva iPad Pro, una tableta que no sólo son unas pulgadas más sino que inaugura una forma nueva de trabajar y que con sus accesorios, puede marcar una clara limitación al ordenador portátil.
El iPad Pro por fin llega a las tiendas con unas expectativas que superan las siempre de por si altas que generan los productos de Apple. Y lo es, porque por un lado era un producto muy demandado desde hace tiempo y en segundo lugar por sus características tiernas que le sitúan en clara competencia con los ordenadores portátiles. Y es que si el iPad no era un iPhone grande, el iPad Pro no es sólo una pantalla mayor, es una nueva forma de trabajar.
En primer lugar la pantalla grande y las nuevas características del sistema operativo iOS 9 permite un trabajo multitarea fácil y fluido. Los iPad e iPad mini de última generación también lo permiten, pero el tamaño de la pantalla no le saca tanto rendimiento. Todo ello unido al procesador A9X, de prestaciones similares a la gama iPhone pero con más memoria RAM.
Sustituto del portátil pero con limitaciones
El iPad Pro saca todo el partido al uso del teclado, con un accesorio que trabajes en lo que trabajes es más que necesario ya que se mejora la productividad a lo máximo en un equipo de muy altas prestaciones, de hecho, se promete un rendimiento parecido al Macbook Pro de alta gama y superior a la mayoría de los portátiles. Técnicamente seguramente sea así, pero esto no significa que sustituye tan fácilmente a los portátiles.
En primer lugar, por el precio, muy elevado si incluimos sus accesorios. La opción más básica, solo WiFi, parte de 899 euros a los que hay que sumar 109 del pencil y 179 euros del teclado, en total 1.187 euros. Pero si queremos aprovechar las máximas prestaciones de movilidad y optamos por los 1.229 euros de la versión de 128 gb con WiFi y conexión móvil, con el teclado y pencil superaríamos los 1.500 euros. En segundo lugar están que todas las aplicaciones cubran un universo tan amplio como el que lo hace el ordenador portátil, lo cuál, aun aumentándose cada día el mercado del app no se ha conseguido del todo, especialmente en herramientas de productividad.
Más que un complemento
Esto no significa que el iPad Pro sea una herramienta para retocar o realizar pequeñas modificaciones de un trabajo realizado fundamentalmente en un ordenador. Con el iPad, podíamos empezar y finalizar muchas tareas, especialmente ofimáticas sencillas, con el iPad Pro, multiplicamos la facilidad y los campos de trabajo.
Mejora la autonomía, con 10 horas de uso continuo y también las opciones creativas, con un lápiz táctil que mejora el trabajo a mano alzada hasta una precisión impensable hace unos años. El Apple pencil es con ello una de las mejores noticias y aliado indispensable para los creadores. Con conexión bluetooth para emparejarlo y lightning para su carga sus prestaciones y posibilidades son tan elevadas que necesita unas cuantas horas de aprendizaje para sacar el máximo rendimiento. Un tiempo que merece mucho la pena de cara a la precisión del trabajo.
La única pega, es que de momento, la mayoría de las aplicaciones no sacan partido a esta precisión, algo que seguramente se solucione en el corto plazo.
Con todo ello, llega la pregunta del millón ¿Merece la pena su compra? No existe una respuesta única y dependerá del uso que hagamos de la tableta. Para muchos, se ha convertido en un mero lector de correos y consulta de páginas web. A este público, no le merecerá la pena ni comprar o sustituir sus tabletas. De hecho, el menor crecimiento en las ventas de estos dispositivos marcan que a diferencia de los móviles, por mucho que mejoren las prestaciones no ven necesario el cambio. En el lado contrario está el que ya saca el máximo partido a las tabletas y además de consulta, trabaja con ellas. En estos casos encontrará que con el iPad Pro trabajará más y mejor y hará tareas inimaginables hasta hace poco y con una gran facilidad. Eso sí, a un precio no accesible para todos.
