República Dominicana ha pedido a la comunidad internacional contribuir al diálogo para resolver la crisis en Haití.
En un comunicado emitido por el ministerio de Exteriores (Mirex), el Gobierno manifiesta su preocupación por la situación de ese país tras el magnicidio de su presidente.
El gobierno dominicano reiteró esu llamamiento a la comunidad internacional para que contribuya en todo cuanto sea posible para la creación de un ambiente favorable para el diálogo interno en Haití, el que considera necesario para superar la actual crisis.
A la vez el Gobierno manifiesta su preocupación por la crisis que desborda el marco constitucional, desatada tras el magnicidio del presidente Jovenel Moïse, y expresa su simpatía "con las voces que desde Haití llaman a un gran diálogo nacional que brinde respuesta a esta profunda crisis política y espiral de violencia por la que atraviesa".
El Gobierno, además, reafirma su convicción de que no existe "una solución dominicana a la situación haitiana", así como su apego "al principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados y el respeto a la Carta Democrática Interamericana, especialmente en lo relativo a la participación de la ciudadanía en las decisiones relativas a su propio futuro".
El Gobierno subraya que "este es un momento trascendental para la nación haitiana", ya que "la solución que el liderazgo político, social y empresarial haitiano logre ofrecer a su pueblo en esta coyuntura, determinará si el país dará un paso de avance hacia un desarrollo estable y democrático".
El comunicado recoge que, tal y como fue señalado en una declaración emitida por el Mirex el 25 de marzo pasado, un cambio de gobierno democrático, que garantice la estabilidad política en Haití, requiere un proceso electoral justo, libre, transparente y competitivo.
Afirma que, como lo demuestra la historia de América Latina y el Caribe, esto solo será posible a partir de un diálogo político amplio, inclusivo, sostenido y de buena fe, que permita a los distintos actores lograr un pacto de gobernabilidad que restaure la legitimidad democrática y la institucionalidad en Haití.
Además, declara una vez más el compromiso gubernamental de promover una política de buena vecindad y cooperación mutua con Haití, bajo el entendido de que la paz y la estabilidad dependen de la democracia, de un sólido desarrollo humano y de la firme protección de los derechos fundamentales en todo el territorio de la isla.
La situación bilateral
Una medida muy saludable y pertinente de las autoridades dominicanas ha sido la reapertura del mercado binacional de mercancías en la frontera dominico-haitiana. Dicho mercado intrafronterizo fue cerrado por los acontecimientos del pasado 7 de julio del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse, en el exclusivo suburbio de Petionviile, Puerto Príncipe, la capital del vecino país.
De acuerdo, a las autoridades dominicanas, la reapertura se hizo atendiendo razones humanitarias y para no detener el ritmo comercial que se produce en esa área comercial de la provincia de Dajabón. Por esa comarca fronteriza, es donde se genera el mayor flujo comercial de compra y venta entre los dos países.
La balanza comercial favorece al lado dominicano que venden nuestros productos a los nacionales haitianos que pernoctan y residen en puntos cercanos a esa demarcación fronteriza.
Un estudio realizado por el Banco Central de República Dominicana determinó algunos de estos resultados del mercado binacional Haití-RD. Por ejemplo, el flujo comercial informal en el 2017 ascendía a US$ 429.6 millones, de los cuales US$ 331.5 millones eran exportaciones nacionales y US$98.1 millones corresponden a importaciones.
Según el mismo estudio de referencia, los principales rubros de transacción son, la carne de pollo, el arroz en puntilla, habichuelas, limones, productos agrícolas procesados, productos de hierro y acero, cementos, artículos plásticos, zapatos, ropas y textiles, entre otras manufacturas.
De hecho, es por ese mercado donde descansa el mayor peso del comercio bilateral intrafronterizo. No es ni por vía marítima ni por la vía aérea. Este tipo de mercado de libre compra y venta en República Dominicana está amparado mediante la Ley 216-11 del 31 de agosto de 2011, el cual regula los bienes y servicios en los mercados fronterizos, que incluye también a los mercados binacionales de Elias Piña, Pedernales e Independencia (Jimaní) estos dos al suroeste de la isla.
La evaluación también recoge que en ese año 2017 el valor total de los bienes y servicios de la balanza comercial entre Haití y República Dominicana arrojó un saldo de US$1361.4 millones, lo que da una idea más acabada de la importancia de ese comercio intrafronterizo y la necesidad de convertirlo en una zona económica especial de libre comercio que fomentaría las oportunidades en un área de menor desarrollo económico y social como es la frontera.