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5 hábitos que debes eliminar para tener éxito en tu trabajo

Un gran ejemplo de éxito fue Bill Gates, que se convirtió en el hombre más rico del mundo gracias a una serie de hábitos inteligentes que practicó durante muchos años.

Hechosdehoy / Edith Gómez
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¿Crees que un mal hábito puede perjudicar tu trabajo? Es normal que cualquier persona que lleva tiempo en un trabajo adopte una serie de hábitos o rutinas en su día a día. Pero, ¿qué tipo de hábitos son? A veces, no nos damos cuenta de ellos, sobre todo de los malos porque estamos inmersos en una zona de confort y nos resulta una odisea salir de ahí.

Aunque cuando se trata de un emprendedor que quiere sacar adelante su negocio y cuenta con un equipo de personas es bien diferente.

La persona emprendedora deberá reflejar sus buenos hábitos y una buena imagen a las personas que trabajan a su lado. De lo contrario los contagiará y dará un mal ejemplo de lo que quiere para su negocio. Las rutinas y hábitos no solo afectarán a la productividad, sino a la de los trabajadores también y a la salud de la empresa en general.

Un gran ejemplo de éxito fue Bill Gates, que se convirtió en el hombre más rico del mundo gracias a una serie de hábitos inteligentes que practicó durante muchos años.

En líneas generales, si estás trabajando en una empresa o eres el dueño de un negocio, debes evitar estos malos hábitos e intentar acabar con ellos cuanto antes.
Veamos, a continuación, cinco malas prácticas que te impedirán rendir bien en tu trabajo:

1. No eres organizado

Es importante que planifiques todas tus tareas, tengas una agenda con la planificación del día, si tienes alguna reunión, llamada importante con algún cliente o cualquier evento que tengas que asistir.

Olvídate de llegar a la oficina sin haber planificado tus tareas previamente y sin marcarte unos objetivos concretos. Es hora de que tomes decisiones para avanzar en la vida y aprovechar las oportunidades que se presenten.

En el caso que sean muchas las tareas pendientes, priorízalas y deja para el final del día lo menos importante.

2. Te cuesta ponerte

A todos nos cuesta arrancar, eso es una verdad como un templo. Siempre hay cosas que nos resultan más interesantes y placenteras que nuestro trabajo, pero si nunca damos el paso, no conseguiremos nuestras metas.

Los resultados no llegan solos y los conseguiremos solo si ponemos de nuestra parte y dejamos ir a ese holgazán que nos posee en nuestro interior.

3. Echas la culpa a los demás

Nos parece más sencillo echarles la culpa a los demás, en lugar de asumir nuestros propios errores. Pero, pensad por un momento qué ocurre cuando es al revés. Si tenemos éxito, ¿no somos los primeros en difundirlo y atribuirnos todo el éxito?

Basta de reprochar a los demás y céntrate solo en una cosa: si otros han podido hacerlo, tú también podrás. De qué vale echar la culpa a otros, eso solo supone una pérdida de tiempo y de energía.

4. No te comunicas con tus clientes

No todo el mundo tiene don de palabra y sabe expresarse como le gustaría. Cuando se trata de relacionarnos con un cliente, existen varias alternativas.

Si nos comunicamos por email, parece que estamos más cómodos y tranquilos que si lo hacemos por teléfono o en una reunión de forma presencial. A veces estará bien comunicarnos por correo, pero habrá veces que será necesaria una reunión cara a cara, para transmitir más confianza o para hablar de un asunto concreto importante.

Si no tienes las habilidades comunicativas necesarias y no sabes hablar en público existen algunas técnicas que pueden ayudarte a superar estos miedos.

5. Comes mal y no haces deporte

Tener equilibrio solo en tu mente no es suficiente, también es necesario encontrar un cuerpo equilibrado.  Comer sano y practicar deporte te ayudarán a encontrar un balance en tu vida para lograr tus metas.

¿Sabías que comer mal te hace sentir más cansado y tu cerebro funciona más lento? Esa pesadez te provocará sedentarismo y no rendirás como te gustaría. 

Hay tiempo para todo si te organizas bien, si pones de tu parte. Si no tienes tiempo de ir al gimnasio, monta el gimnasio en tu propia casa. En lugar de coger el ascensor, sube por las escaleras, no cojas el coche para todo, prueba la bici como medio alternativo o ve andando a los sitios. ¡Notarás más energía en tu cuerpo y en tu mente!
 


Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.
Twitter: @edigomben

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