Rota es marinera. Su perfil se deja dibujar por el Atlántico que la baña, el sol que viste de blanco e ilumina su casas, y sus gentes amables y cordiales, como buenos andaluces. El largo paseo marítimo se cierra con el muelle, punto de encuentro del comienzo y fin de las tareas marineras.
Frente a él y en ascenso está el hotel Duque de Nájera. A su entrada, como un barbacana gastronómica, está el restaurante El embarcadero, propiedad como el hotel de Stefaan De Clerck.
Sirve de acceso una pequeña terraza donde se puede tomar el aperitivo o comer si el tiempo lo permite. Dentro hay un amplio comedor muy armonioso y sencillo a la vez decorado con motivos marineros y también con un escaparte de los pescados que hace unas horas navegaban a su antojo por las aguas vecinas.
En la cocina está Mari Paz González que cambió su profesión de dentista por los fogones. Tiene Mari Paz cogido el punto a esa cocina tradicional, tan rica en materia prima, sea marinera o no; a las salsas y a los aprestos. Hay que tener en cuenta que con el adjetivo "a la roteña" se bautizan varios platos, prueba de las raíces de un cocina con historia y raíces que han calado a fondo en la gastronomía.
También se dan otros que combinan sabores con aires de modernidad. Lo cierto es que la cocina es ya rica por su materias primas. Además la carta permite degustar muchos de los platos en su versión "mini", en forma de tapa.
No se puede comenzar sin el "arranque roteño". Plato de tierra dentro que mezcla pan, tomate majado, ajo, pimiento verde, que potencia el ajo, aceite de oliva y sal. Es curioso pero este plato está extendido también entre la marinería que lo acepta en las barras de los chiringuitos cercanos al embarcadero. Se trata de un plato popular, fuerte, quizás por el ajo, pero amable y muy refrescante y repescado aquí donde se prepara magistralmente.
Esa concesión algo menos tradicional, a la que me refería, la encontramos en la ensalada de tirabeques, berros y perdiz escabechada. Me dirán que de marinero nada tiene es te plato. Y es verdad, pero combina y muy bien el sabor amargo del berro de manantial con la suavidad del tirabeque, cocinado "al dente", y la fuerza del escabeche, bien cocinado con un vinagre jerezano.
Y nos vamos al mar. En esta zona se consiguen excelentes pescados no muy frecuentes en otras zonas: la corvina, la urta o el borriquete, entre otros. Este último pescado es de piel gris y pocas escamas. Se puede cocinar al horno o en guisos. Esta segunda variedad es la elegida en la casa, en este caso con níscalos y aromatizado por un oloroso.
La urta por el contrario es de color rojizo, cabeza grande y cuerpo que puede alcanzar proporciones notables. Su carne es deliciosa, de ahí que haya quienes la prefieran simplemente cocinada al horno, pero, estando aquí, se debe degustar a la roteña.
Tras salpimentarla y marcarla con aceite y flambearla con brandy jerezano se prepara con una base de tomate, cebolla, ajo y orégano. Hay que cuidar el tiempo de cocción que varía según el tamaño de la pieza, con el fin de que la carne esté en su punto. Es un pescado muy rico, no tiene grasa y se alimenta de marisco.
Los que no quieran comer pescado tienen donde elegir : desde el huevo poché con boletus, mollejas y foie con Pedro Ximénez hasta una hamburguesa de buey de Kobe o los arroces marineros.
El punto débil son unas tortillitas de camarones a las que le sobra un poco de aceite.
Los postres son variados y tienen su propio maestro pastelero: leche frita, helado de con vino de Rota o un templado de manzana.
La bodega cumple en añadas y marcas. Y el servicio es amable y diligente.
La relación precio calidad es excelente.
FICHA
El Embarcadero
Hotel Duque de Nájera
Muelle de José María Pemán s/n
Rota (Cádiz)
Tel :956846020
Abierto todos los días
Precio aprox: 35 euros