No tengo conmigo a mi prima Margarita que anda por China. Ha aprovechado una invitación de sus banqueros para asuntos de Oriente (HSBC) y está en el WGC HSBC Championship. Este Campeonato del Mundo tiene lugar a unos 45 minutos de Shanghái donde la más lista (y guapa) de mis primas tiene negocios. A la vista de los mensajes de whatsapp que me envía a horas indecentes se lo debe estar pasando bomba.
¡Qué verá en esos chinos! ¿Es qué no puede invertir en cosas más cercanas como las fresas de Palos de la Frontera?
Por ejemplo, cuando a las 05:15 de la madrugada envía un Whastapp diciendo “Magnífico Rafa Cabrera Bello. A ver si gana, jajaja”, yo no veo la gracia de despertarme de noche para leer eso. Además qué hace Rafa jugando tan oscuro y con el frío que hará… Luego de restregarme los ojos me doy cuenta – resta arriba, resta abajo –que en Shanghái están apunto de comerse el arroz de mediodía.
O este otro que me hace menos gracia: “Primo, zoquete tenías que estar aquí: pedazo Casa Club. Mira la foto del Havana Club Cigar Bar”. Y en el bocadillo siguiente del Whatsapp aparece la imagen de un salón a base de mucha caoba, amplios sillones chester, bargueños, biombos y todo lo necesario para creerte que, estando en el Extremo Oriente, te encuentras en tu Club de Londres. Y además fumando en un lugar cerrado. Y con banqueros chinos.
Lo cierto es que, efectivamente la casa Club de Sheshan GC se proyectó como una casa solariega de la Toscana, pero con ambientes diversos, para atraer a los dirigentes del Partido Comunista Chino y a los potentados de los capitales de todo el mundo. Pecunia vocat pecuniam, o algo así.
El campo de golf se extiende a la sombra del monte de la Basílica de Nuestra Señora de She San, patrona de China, de la que el club toma el nombre. El templo, construido a finales del XIX por los jesuitas es un obra portentosa, respuesta de los misioneros a la promesa hecha a la Virgen si los libraba de los disturbios de Taijín. Hoy es centro de peregrinación cristiana, dentro de los altibajos de la particular política sobre personas de fe de las autoridades comunistas.
En lo que no hay discusión es que el Club de Golf pueda recibir sin cortapisas una peregrinación deportiva con ocasión del Campeonato del Mundo de Golf en el que han triunfado estrellas como Sergio García (2008), Dustin Johnson (2013) y el año pasado el japonés Hideki Matsuyama.
Y es desde luego un lugar fantástico. No se nota para nada la cercanía de la escandalosamente desmedida y moderna ciudad de Shanghái. El campo de golf de 18 hoyos, par 72, fue creado por los diseñadores de campos de golf de renombre internacional, Nelson & Haworth. El club de golf Sheshan International cuenta con hermosos fairways bordeados de árboles y suaves colinas onduladas, vías fluviales tranquilas y una espectacular cantera natural.
Lo más característico es la presencia de árboles ginkgo. Es el último vestigio de una especie que vivió hace 200 millones de años, con los dinosaurios. Es árbol que vive más de 1000 años. Todo un sénior. Muy utilizado en medicina por sus propiedades vasodilatadoras de las arterias, el ginkgo mejora la circulación, la memoria y un montón de cosas más. Parece que hasta la demencia senil.
Viendo jugar al golf a los participantes en el WGC HSBC podría añadirse que su sola presencia mejora la circulación del palo a través de la bola. Por ejemplo, Dustin Johnson. En 20 hoyos – los que van del 17 º del segundo día al 18ª del tercer día – hizo 11 birdies. Repito: 11 birdies en 20 hoyos, sin errores.
El americano, Nº 1 del Mundo, ha recuperado una forma que parecía haber perdido en sus últimas apariciones. La frescura con la que jugó entre febrero y mayo con un tercer puesto, un segundo y tres victorias seguidas (Genesis Open, World Golf Championship-Mexico y World Golf Championship Dell-Technologies), no se veía en los meses siguientes, sobre todo en los tres últimos torneos de la FedEx Cup.
Sin embargo en China se encuentra como en casa y presentando resultados imponentes como los que he citado. Antes de la ronda final iba -17 y sacaba seis golpes a Brooks Koepka (-11) y siete a Henrik Stenson (-10).
Por allí andan sólo dos españoles: Jon Rahm (-1), en horas bajas, no pasaba de la mitad de la tabla. Y Rafa Cabrera Bello (-8), ya estaba 6º. Cierto que no va a enjugar la diferencia de nueve hoyos con el líder, pero sumará puntos de la Carrera a Dubái para seguir entre los mejores de la regularidad europea.
Mientras terminaba de escribir este texto he puesto un Whastapp a Margarita para que me traiga cajas y cajas de ginkgo a ver si mejoro mi swing.
Su dulce respuesta no deja duda de que la tengo en el bote; transcribo.: “¿El swing?, bruto, bestia. A ti no hay quien te mejore nada: acabas de despertarme. En Shanghái son la 4 de la madrugada. Pero toma algo para la memoria porque te has olvidado de recoger a tía Alicia para llevarle al dentista. No necesitas tomar ginkgo: toma un avión a Alaska porque sino te mata la tía te mato yo. Aghrrrr”.
Lo ven, en el bote.