Déjenme que eleve una plegaria: eran las 08:46 30’ hora de Indiana. Ryan Moore y Charles Howell III, cuarto partido de la ronda final del BMW Championship, acababan de dar su golpe de salida desde el tee del hoyo 1 en el Crooked Stick GC, Carmel.
A esa hora, pero de hace 15 años, el vuelo 11 de America Airlines se incrustaba en la Torre Norte del World Trade Center, de Nueva York.
Fue el final de muchas cosas. El ataque terrorista a esta torre, más el producido contra la Torre Sur y al Pentágono, y el avión estrellado en campo abierto en Shanksville (Pensilvania) dejaron un rastro de dolor de 6000 heridos, 24 desaparecidos y 2992 muertos, incluidos los 19 terroristas secuestradores.
Fue el final de muchas vidas. Y un cambio de dimensiones universales de cuyo epicentro no hemos salido. Si el torpe batir de élitros de una mariquita puede desencadenar el caos, supongo que el caos en cadena será inaguantable tras el brutal estrellarse de media docena de endurecidas alas de Boeing. Déjenme que rece una pequeña oración. I say a little pray cantaría Aretha Franklin.
Y vueltos a Carmel veíamos convertirse en hombre burbuja (bubble boy en la jerga del golf) al único español presente en los Playoffs de la FedEx Cup. Sergio García venía de hacer bogey al hoyo 15, volvía a su -3 inicial, pero, en ese momento de su puesto 25 en la clasificación bajaba al 30, que es el último puesto que da acceso al último torneo de los Playoffs. Quedaban, claro, muchos en el campo y eso podía cambiar. Pero la tendencia no era halagüeña.
Efectivamente en el hoyo 17, un par 3, repetía bogey y su permanencia en las eliminatorias dependía no de sus aciertos sino de la torpeza de otros. Algo triste eso de salvarse porque los demás no aciertan. También pasa lo mismo no pocas veces en la vida, que imita al golf, donde unos parecen algo junto a otros que valen nada. Tocaba esperar.
De momento, Jason Day había abandonado, aunque siendo 4º en la regularidad su derecho a la gran final sigue vigente.
Tras los primeros nueve hoyos de la ronda final Dustin Johnson sacaba tres golpes a su compañero de partido y segundo en la clasificación, Paul Casey, y dos al tercero, Roberto Castro. Las imponentes salidas extralargas de Dustin le permitían el approach a green con palos cortos – hierro 9, pitching – y por eso mismo más precisos. Súmese a eso que esta semana es nº 1 con el putter y tendremos el cuadro de confianza que transpiraba su juego.
Nada cambió en los siguientes nueve, salvo la emoción por conocer quienes entrarían entre los 30 mejores que en quince días jugarán el Tour Championship by Coca-Cola; en el ajo de esa frontera entre el 28º y el 32º de la FedEx Cup, estaban jugadores como Rickie Fowler, Charl Schwartzel, Sergio García y JB Holmes. Pero no fallaron ni Fowler ni Holmes y mandaron a casa a Rickie y Sergio, que quedaron 31º y 32º, respectivamente.
La victoria, arrolladora fue para Dustin Johnson sobre el porfiador inglés Paul Casey.
Y es que el de Carolina del Sur ha hecho en los cuatro días una impresionantes tarjetas 67-66-68 -67. Se le ha visto sin tensión, potente desde el tee, valiente en el approach y certero con el putter.
Su victoria de este 11 de septiembre le coloca primero en la clasificación de la FedEx Cup, cuyo último episodio se vivirá en Atlanta dentro de quince días. La organización de la FedEx Cup aprobó hace años una fórmula para que se recalculen los puntos FedEx de partida en el último torneo de modo que todos tenga oportunidad de ganar el trofeo de la regularidad. Eso sí, los cinco primeros dependen cada uno de sí mismo: el que gane entre ellos alzará la copa.
Y estos cinco primeros son:
1º- Dustin Johnson
2º- Patrick Reed
3º- Adam Scott
4º- Jason Day
5º- Paul Casey
En Atlanta termina la temporada del PGA Tour. Pero no es el final del golf.