fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo
La situación actual del sistema de Seguridad Social y las incertidumbres del futuro hace que cada vez sea más importante que planifiquemos nuestra jubilación y establezcamos formas de ahorro que nos lleven a conseguir un capital o renta que complemente nuestra pensión pública.
Para conseguirlo podemos optar por una gama amplia de productos financieros de ahorro e inversión, desde una cuenta, depósitos, fondos… pero son los planes de pensiones y otros productos análogos los que no ofrecerán además ventajas fiscales en las aportaciones y les convierten en la mejor opción para conseguir esta renta o capital complementario, pero ¿cuánto debemos destinar para conseguirlo?
Cuanto antes, más sencillo
El mejor consejo es comenzar a constituir nuestro plan de pensiones lo antes posible, ya que conseguiremos mejores resultados con un menor esfuerzo. Con independencia de la edad o situación familiar, ahorrar para la jubilación siempre debe ser uno de nuestros objetivo financieros prioritarios que debe figurar como un “gasto” más dentro del presupuesto familiar. La diferencia si empezamos a realizar aportaciones tempranas es que cuantos más años queden para la jubilación, menos cantidad habrá que destinar todos los meses y se podrá conseguir una mayor renta o capital para disfrutar durante la etapa de la jubilación.
¿Cómo determinamos esta cantidad? Unos sencillos puntos nos ayudarán a conseguir nuestros objetivos basados siempre en una buena planificación:
Calcular que necesitaremos: Tenemos que analizar cuánto dinero necesitaremos en el futuro de la forma más realista posible. Tendremos nuevos gastos como aquellos relacionados con la salud, a la vez que desaparecen otros como suele suceder con la hipoteca o los gastos asociados con los hijos y su educación. Siempre hay que añadir un margen para imprevistos.
Ver que ingresos vamos a recibir: Es uno de los pasos más sencillos, calcular cuánto recibiremos por nuestra pensión. La propia Seguridad Social tiene un
programa de autocálculo de la prestación por jubilación. Aunque este no es tan exacto cuanto más tengamos alejada la jubilación, sí nos da una buena aproximación. A la pensión debemos añadir además otros ingresos accesorios, como rentas por inmuebles o prestaciones empresariales por ejemplo.
Analizar la diferencia: Cuanto mayor sea la diferencia entre las prestaciones y las necesidades, necesitaremos un mayor esfuerzo financiero. Veamos esta diferencia no sólo mensualmente sino también como el capital que necesitaríamos en total, estimando un horizonte extenso de 15 o 20 años.
Estimar el ahorro necesario: Traslademos este capital a que aportaciones tenemos que realizar para conseguirlo. Si quedan muchos años será mucho menor o podemos elegir conseguir más dinero para vivir más holgadamente.
Elegir el plan de pensiones para conseguir nuestro objetivo: A lo largo de la vida es recomendable ir adecuando el riesgo. Si nos quedan muchos años optaremos por un plan de pensiones de renta variable o renta variable mixta, y a medida que nos acercamos a nuestra meta, cambiar a otros de menos riesgo como renta fija mixta o renta fija a corto y largo plazo.