Misión cumplida. Los reyes de Suecia ya han casado a sus tres hijos, y las tres elecciones de sus hijos han dado munición a los medios del corazón, en especial la novia de este fin de semana. Participó en el reality show Paradise Show, fue modelo, camarera y profesora de yoga. Sofía Hellqvist protagonizó otra boda real de cuento de hadas al casarse con el príncipe Carlos Felipe de Suecia, el tercero en la sucesión del trono por detrás de su hermana mayor, la princesa Victoria y la hija de ésta, la pequeña Estelle.
Sofía, de 30 años, morena, con un tipo perfecto y carácter alegre, se caracteriza por su carácter accesible y su radiante sonrisa de dientes separados que no se ha querido arreglar con motivo de la boda, como se le sugirió incluso desde algunos medios. Tampoco hizo nada para disimular su tatuaje en la nuca, que generalmente debe de quedar tapado en los eventos oficiales. Su piercing en el ombligo sí quedó bien cubierto.
Su ya marido, de 36 años, es el segundo hijo del rey Carlos Gustavo y la reina Silvia de Suecia. El además duque de Värmland iba para rey cuando nació en 1979, pero el cambio en la constitución sueca en 1980 acabó con la ley sálica y convirtió en princesa heredera a Victoria, la mayor.
Calles engalanadas, repletas de banderas suecas, ceremonia retransmitida en direceto, 550 invitados vistiendo sus mejores galas y algunas lágrimas, sobre todo a la entrada de Sofía a la iglesia. Carlos Gustavo no pudo reprimir la emoción al ver a la novia recorrer el pasillo hasta el altar con la música de Enya y el tema Father in Heaven en lugar de la clásica marcha nupcial.
Carlos Felipe y Sofía, son una pareja moderna -de hecho viven juntos desde 2011-, popular y cercana. Es fácil verles paseando por Estocolmo. Y eso que la prensa no se lo ha puesto fácil cuando al comienzo de su relación, hace cinco años, airearon los "antecedentes" como modelo de bikinis y lencería de la ahora princesa. La joven, de una familia de clase media, también posó desnuda para una revista masculina.
Pero nada pudo con el amor de Carlos Felipe y Sofía que se dieron el sí quiero en una ceremonia calificada de "moderna", tanto por la música -también son el Fix you de Coldplay– como también por no tener testigos de boda excepto el del novio, su amigo de la infancia Jan Oke Hanson. Entre los invitados, la reina Margarita de Dinamarca y los príncipes herederos Federico y Mary, el príncipe Joaquín de Dinamarca y su esposa Marie, la princesa Mette-Marit de Noruega, la reina Matilde de Bélgica y la reina Máxima de Holanda. De las primeras en llegar, la embarazadísima princesa Magdalena, hermana de Carlos Gustavo. También estuvieron en la ceremonia el príncipe Nicolás de Grecia con su esposa Tatiana, la princesa Takamodo de Japón y el príncipe Eduardo de Inglaterra.
Para su traje de novia, absolutamente clásico, blanco y con larga cola, Sofía se inclinó por un diseño sueco al igual que hicieron antes de ella sus cuñadas Victoria y Magdalena. La diadema de diamantes y esmeraldas que coronaba su peinado fue un regalo de la casa real.
El banquete se celebró en el salón "Mar blanco" del palacio real, convertido en un auténtico mar de flores color pastel. Grandes aplausos a la hora de la llegada de los novios al banquete que consistió en mucha verdura y dos platos de pescado. Sofía es vegetariana y si puede evitarlo, no prueba ni el pescado. Hubo discursos, destacando el del rey Carlos Gustavo quién dijo a su hijo con un guiño: "Tú y yo tenemos mucho en común, hemos encontrado ambos a unas mujeres fantásticas". El novio por su parte aseguró que ambos han pasado por un camino muy duro y difícil hasta llegar a la boda y que eso les ha demostrado que "el amor todo lo supera".
Y tras la tarta nupcial, el baile -con el obligatorio vals- y después la fiesta para los más jóvenes, con la cooperación del DJ Avicii, que mantuvo en pie incluso a los recién casados hasta pasadas las seis de la mañana.