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EL HOMBRE FRÍO

Barack Obama y el golf después del pésame a los padres de James Foley

Obama dijo en Martha´s Vineyard que tenía "el corazón roto" por la muerte de James Foley. A continuación se fue a jugar al golf y apareció sonriendo distendido y complacido con sus amigos.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
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Cuando todavía no había desayunado y, por tanto, mis neuronas no habían sido debidamente lubricadas a base de zumo de naranja, panecillos con mantequilla, huevos fritos con panceta, frutas y algunos decilitros de café, recibo la llamada de la más bella de mis primas, la hermosa Margarita.
 
.- Buenos días, zoquete. ¿Has visto lo del New York Times? – ciertamente es típico de esta belleza femenina, saltarse los prolegómenos del trato y, bajo el paraguas del la confianza familiar, entrar a saco en lo que ella considera el meollo de la cuestión.
.- Querida – le respondo -, ¿a esta hora de la madrugada?
.- ¡Son las diez de la mañana!, primo holgazán – me interrumpe.
.- Querida, eso un sábado, después de una cena en el Club, es madrugada. Bueno, no he leído el NYT.
 
.- ¡Ah! mi culto primo! Es verdad: para ti todo lo que no sea Golf Digest, Golf News, Ten Golf, Crónica Golf, Hoyo 19 y Solo Golf, no existe como publicación de interés.
.- Te olvidas de dos muy buenas: Golf Gateways y Golf International…
.- Deja de decir tonterías – volvió a interrumpirme, cuando yo pensaba que por fin mi amada prima iba a emprender lecturas verdaderamente formativas.- Escucha, burro de arar: acaba de montarse un pedazo de escándalo por una noticia sobre el presidente Obama jugando al golf en Martha’s Vineyard.
 
.- Buen campo. ¿Y por qué la alarma? Todo el mundo sabe que Barack tiene mi mismo hándicap y que intenta bajarlo. ¿O es que ha hecho hoyo en uno?
.- ¡¿Serás insensato?! – se pregunta retórica Margarita –; la noticia y su impacto están en que se puso a jugar inmediatamente después de expresar su condolencia a la devastada familia del reportero James Foley y de haber dicho con gesto compungido ante las cámaras de televisión que tenía el corazón partido, heartbroken, querido, heartbroken, por la espeluznante decapitación del joven difundida en un vídeo.
.- ¿Y?
.- Pues se le han echado encima los republicanos, algunos demócratas, prensa, radio, televisión y montañas de esas organizaciones que pululan por allí.
.- Te voy a decir una cosa, Margarita: el segundo mejor servicio que podía rendir a su país el presidente norteamericano, en ese momento, es hacer 18 hoyos y dejarse fotografiar relajado en los links de Martha’s Vineyard.
.- Pero, ¿no te parece una cruel respuesta insensible?, primo.
.- La crueldad está antes en una acción o en una omisión que en un sentimiento.
.- Explícate.
 
Sí, después de ver la foto del presidente sonriendo vestido de golf desde un buggy y tras leer entero el artículo, me explico para mi prima y para mis lectoras y lectores.
 
Antes se hablaba del “imperio de los sentido”, pero ahora vivimos bajo el “imperio de los sentimientos”. Peor aún: sometidos a esclavitud por la “manipulación de la sensiblería”.
El presidente quiso ver – podía haberlo evitado – el video del terrorífico asesinato. El presidente habló – podía haberlo evitado – con los padres de James Foley. El presidente interrumpió – podía haberlo evitado – sus vacaciones que luego reanudó. El presidente se puso delante de las cámaras, que también podía haber obviado, para decir públicamente a sus compatriotas, y para que se enterasen los encapuchados cobardes que degüellan inocentes, que él y la gran nación que representa no se achican: continuarían los ataques contra las posiciones del terror y en defensa de las acosadas minorías cristianas y yazidíes.
 
Y sólo después de estar informado y de obligar a que le informen de todo lo necesario; sólo después de dar instrucciones a su Estado Mayor. Sólo después de esa comparecencia y de que hablen sus palabras, sólo entonces, hace hablar a los hechos con un mensaje claro a la calamidad del terror. Y el mensaje es el medio. Y el mensaje es la foto: Estados Unidos no está de rodillas ni la agenda de su presidente se rellena en las montañas del norte de Siria. Y la foto de un Barack Obama de amplia sonrisa, guante blanco en la mano de derecha, polo blanco de Nike, pantalón beige de golf y gorra del mismo color, conduciendo su propio buggy es para lo líderes enemigos de la civilización más pedagógica e intimidante que si pilotase él mismo un F-18.
 
Las emociones están bien y adecuadamente administradas son fuente de salud mental. Pero las emociones, como dirigir una crisis y como la serenidad o como comunicar gráficamente, tienen su tiempo y lugar. Personalmente el ciudadano Barack Hussein Obama puede llorar a moco tendido, pero el jefe de la más importante nación del mundo debe gobernar, con prudente serenidad y hacer lo necesario para preservar a su país y a sus aliados de la seria amenaza del más odioso de los fanatismos.
 
Sí, la percepción en muchos de sus paisanos ha sido negativa. James Foley, reportero, antes de ser asesinado permaneció dos años en manos de sus captores. La familia abrió una página web y, más tarde, una cuenta para recibir aportaciones con la entendible intención de recaudar al menos cinco millones de dólares para intentar un rescate. Y ahora nos preguntamos: todos estos plañideros políticos, estos llorones de living-room, esos postmodernos de epidermis de princesa Sissi, esos consejeros de maquillaje de ojeras ¿cuántas veces entraron en la web y qué cantidades aportaron para salvar al reportero Foley?

Entonces…


– Las imágenes de Barack Obama, muy distendido y sonriendo jugando al golf -su verdadera pasión- tras su declaración sobre la decapitación de James Foley, provocó un aluvión de críticas por falta de tacto. La censura llegó de las filas republicanas, senadores demócratas y los medios. Algunos periódicos contrastaron la imagen llorando de los padres del periodista con la cara del presidente, que ha alimentado la imagen de hombre frío y poco empático.

P. Baker y J. Hirschfeld Davis, en The New York Times, y bajo el título Del horror al golf, ¿un desacierto de Obama?, aparecieron las fotos de Barack Obama sonriente y distendido tras la conversación con los padres de James Foley. "Si Obama se propuso demostrarles a los enemigos de Estados Unidos que no le impondrán su agenda, también les demostró a muchos de sus compatriotas su desdén por la política de las apariencias. Según sus colaboradores, hace mucho que Obama dejó de preocuparse por lo que dicen sus detractores y, tras la lluvia de críticas por su partida de golf del miércoles, volvió a desafiarlos el jueves, cuando salió nuevamente a jugar", se señaló en The New York Times.

– Como informó Hechos de Hoy, Francisco llamó a los padres de James Foley para expresarles su profunda solidaridad y dolor. Federico Lombardi confirmó la llamada. El jesuita James Martin ofreció en Twitter más detalles. El Papa insiste en la importancia de la movilización de Naciones Unidas en Siria e Irak.

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