Son los datos del escándalo, las cifras de la Organización de Naciones Unidas sobre la guerra civil siria, el infierno del silencio, la matanza de inocentes que conmovió a James Foley, el escenario donde ha emergido la guerrilla suní radical de Estado Islámico como la mayor organización terrorista que ha existido nunca.
La sangrienta y cruel guerra civil en Siria, desatada por Bacher El Asad contra quienes piden libertad y democracia se ha cobrado ya más de 191.000 personas víctimas desde su inicio en 2011. Supone más del doble del balance de hace un año, según estimaciones de Naciones Unidas que condenó el viernes en Ginebra la "parálisis internacional" que alienta a los "asesinos".
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos registró 191.369 casos documentados de personas que murieron en Siria entre marzo de 2011 y finales de abril de 2014, lo que supone "más del doble" de los 93.000 casos registrados hace un año. Según la ONU, no cabe duda de que el cálculo de más de 191.000 muertos es una estimación a la baja respecto a la cifra real de fallecidos. La directora del Alto Comisionado, Navi Pillay, consideró "escandaloso que a pesar de sus enormes sufrimientos, la difícil situación de los heridos, desplazados, detenidos y familias de personas asesinadas o desaparecidas no genere más atención".
En diciembre de 2011, se registraron más de 5.000 muertos, que en enero de 2013 ascendieron hasta 60.000 fallecimientos. La mayor cifra de muertes documentadas por la ONU se registró en la periferia rural de Damasco (39.393), seguida de Alepo (31.932), Homs (28.186), Idleb (20.040), Daraa (18.539) y Hama (14.690).
De entre las personas muertas registradas, más del 85% eran hombres. Como en informes anteriores, la ONU no pudo establecer una distinción entre combatientes y no combatientes. Pero uno de los datos más terribles se refiere a la muerte documentada de 8.803 menores de edad, de los que 2.165 eran niños de menos de 10 años, pero la cifra real probablemente sea más elevada, dado que en la inmensa mayoría de los casos la edad de las víctimas no está documentada.
La sudafricana Navi Pillay, saliente alta comisaria de la ONU para los Derechos Humanos, criticó duramente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al que acusó de estar dirigido por intereses nacionales. "Tal vez las actuales grandes crisis podrían haber sido evitadas si el Consejo de Seguridad hubiese actuado dando prioridad a los intereses conjuntos, y de manera rápida y decidida", dijo en su última sesión informativa ya que abandonará su cargo a final de mes después de seis años.
En cuanto a Siria, Pillay lamentó que "los asesinos, destructores y torturadores en Siria se han visto reforzados y envalentonados por la parálisis internacional". Y denunció que
"hay serias alegaciones de que se han cometido crímenes de guerra y contra la humanidad una y otra vez con total impunidad, pero el Consejo de Seguridad sigue sin remitir el caso de Siria al Tribunal Penal Internacional, al que claramente corresponde".
El testimonio de Navi Pillay