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VALOR, FOCO Y COMPETENCIA

Shane Lowry rompe el día 3 de The Open con 63 golpes

A falta de 18 hoyos deja a Tommy Fleetwood a cuatro hoyos, a JB Holmes a seis. A siete están Brooks Koepka y Justin Rose. El mejor español, Jon Rahm, se cuela en el Top 10. Final interesante si juega el viento.

Hechosdehoy / José Ángel Domínguez Calatayud
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En la tercera jornada del British Open, nadie dejaba de avanzar entre los de arriba. Ni en muchos de los de en medio de la tabla. Era sábado. Era el día del movimiento. Claro que en el día del movimiento, como en la vida misma, el asunto importante sigue siendo hacia dónde se mueve uno.

En este sentido, parece que lo peor es moverse hacia la parte baja. Pues los que más se han movido en tan nefasta dirección han sido dos jugadores que han hecho +6 y que han perdido 42 y 36 puestos, respectivamente: Thorbjorn Olesen y Kiradech Aphibarnrat. Pobriños, que diría un amigo mío.
Y el que mejor se ha movido es Danny Willet que con su menos -6 ha subido 24 puestos. Es cierta pues la recuperación de este inglés.

Hay también movimientos que no son del total de la jornada, sino de la comparación entre los primeros y los nueves hoyos. Entre los del Top 10 los que empeoraron fueron Tony Finau (-3 y par); JB Holmes (-2 y par), Tommy Fleetwood (-3 y -2) y, sobre todo, Lee Westwood (-3 y +2).

Y los que mejoraron fueron Jordan Spieth (Par y -2); Jon Rahm (-1 y -2), lástima del bogey del 18; Rickie Fowler (-1 y -4), Justin Rose (par y -3).

Pero si queremos señalar un recorrido en clara mejoría según avanzaban los hoyos tenemos uno que fue, hablando  con escrupulosa exactitud, un espectáculo; y ese fue el de Shane Lowry: no tuvo ni un solo error. Hizo tres birdies en los primeros nueve hoyos: 3, 5 y 9. Pero en los nueve últimos logró cinco birdies: hoyos 10, 12, 15, 16 y 17.

Qué quieren, vueltas así no suelen verse en un Open Championship: 63 golpes, es decir un -8 en el campo de Portrush Golf Club par 71. Y no suelen verse por la cautela, las prudencias exageradas que usan los que van en cabeza por el temor  un descalabro.

Lowry será jugador de golf, pero su estrategia de hoy era un modelo de surf. En surf si te quedas prudente en la orilla lo primero y evidente es que no haces surf. Y lo segundo que corres el riesgo de que la ola te estalla en la cabeza y te estampe contra las conchas del fondo.

Las personas que lideran empresas y organizaciones, no se quedan en la orilla: cogen su tabla, reman contra la corriente con decisión, a brazo partido hasta llegar donde nacen las olas, donde se generan oportunidades, donde se pueden aplicar las capacidades. Son personas modélicas en los suyo. Hay que arriesgarse. Lo escribo cuando se celebra en todo el mundo el 50 aniversario de la primera vez que el hombre pisó la Luna. Sentados en Cabo Cañaveral nunca lo habrían hecho. Pensando y no haciendo tampoco.

Es evidente que, como aquellos astronautas, Shane Lowry contaba con mucho apoyo, pues jugaba en su tierra y las decenas de miles de aficionados que poblaban el recorrido lo preferían a JB Holmes o Tommy Fleetwood. Pero el que tiraba golpes sin amilanarse era el irlandés. También es cierto que conoce el campo, como lo conocían otros paisanos que no han tenido es afán de ir a por todas.

El liderato llegó a estar compartido hasta por cuatro jugadores, pero el demarrage emprendido por Lowry desde el hoyo 9 abrió brecha; desde ese hoyo hasta el hoyo 17, en sólo nueve hoyos hizo seis birdies. Y no jugaba en un campo diferente.

¿Es una gesta? Lo veremos el domingo que es cuando la travesía de este surfista de los links termina este viaje. Pero por los que hemos visto su poderosa sonrisa entre la barba rojiza puede decirnos un mensaje como el del astronauta Buzz Aldrin que cuando se le pregunta sobre que pensaba en aquel momento en que tenían a todo el mundo pendiente mientras ponían pie en la luna: “no pensábamos mucho en eso”, pues estaban centrados en hacer bien los experimentos.

Pues así fue el día del movimiento en Portrush para Shane Lowry: valor, foco y competencia.

El domingo espera a todos pero las tres potencias citadas han puesto las cosas difíciles a los competidores. El más próximo es Fleetwood y está a cuatro golpes; Holmes a seis,  y el mejor español, Jon Rahm a nueve.

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