Los pronósticos de crecimiento de la economía mundial para el segundo semestre del año lucen muy favorables debido a la recuperación económica de Europa, de la Zona euro y el crecimiento de las economías emergentes de Asia. La recuperación de la economía europea impulsada por un aumento en la demanda doméstica se situaría en este segundo semestre en un 3% de crecimiento.
Estados Unidos continuará el crecimiento entre un 2 y un 3%. La economía estadounidense es la más cara y se espera en los próximos años retornos moderados.
En América Latina y el Caribe, el pronóstico regional es débil para este año, situando el promedio de crecimiento en 2,6%, según el Banco Mundial. La República Dominicana liderará en el 2017 el crecimiento regional con un 6,2%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, seguido de Panamá, 5,6%; Costa Rica, 4,5%; Nicaragua, 4,3%; Honduras, 3,5%; Guatemala, 3,5%; y El Salvador, 2,9%.
El Banco Central de Estados Unidos (mejor conocido como Fed) ha comenzado a reducir su balance financiero (balance sheet) de los bonos no vendidos comenzando en septiembre y cuyo desmonte sería un proceso lento debido a los altos volúmenes (unos 600 billones de dólares) en diferentes instrumentos financieros.
Los bonos del Tesoro norteamericano con vencimiento entre los 10 a 30 años pronostican tasas de rendimientos mayores entre 2,5 y 2,7%, según la analista Gabriela Santos, de JP Morgan.
Los mercados han iniciado lo que se denomina un proceso de reflación, que quiere decir un ajuste hacia arriba y de estabilización de los niveles de precios en referencia a la caída estacionaria y deflacionaria relativa que afectó mayormente a las economías industrializadas como fueron los casos de Europa y de la Zona euro.
El analista logarítmico español Jesús Pérez Sánchez define el término reflación de la siguiente manera: “La reflación es el acto de estimular la economía incrementando la masa monetaria o reduciendo los impuestos". Se refiere a una política económica donde un gobierno utiliza los estímulos fiscales o monetarios para permitir hacer crecer el PIB (Producto Interno Bruto).
La reflación es considerada como uno de los antídotos para evitar un proceso de deflación. Generalmente se utiliza para volver a recuperar los precios a niveles para que todo vuelva a los precios anteriores, a costa de generar inflación con el objetivo de que la economía pueda tener la sensación de que se recupera”.
El optimismo ya es percibido en los mercados de las principales economías industrializadas y los emergentes asiáticos. China, la segunda economía mundial, continuaría un ritmo de crecimiento entre 6 y un 6.5 por ciento para lo que resta el año 2017, aunque sufrirá una leve desaceleración sin poner en peligro su estabilidad y capacidad de consumo. Japón también se ha unido al club de crecimiento.
Dedicado a los economistas dominicanos Hugo y Héctor Guiliani Cury.