Hemos hecho las paces. Naturalmente ha sido ella la que ha tenido que ceder. Al fin y al cabo, también fue ella quien cortó.
Era una hora decente. Había tomado yo un desayuno Continental y me encontraba en al terraza Oeste de la Casa Club con un postrer café y los periódicos.
El calor del verano sevillano había hecho acto de presencia como aliento de dragón, fuego y azufre, pero todavía a esa hora la brisa venía templada. Ni un socio en la terraza pues entre vacaciones, altas temperaturas y fin de semana habían emigrado en bandada como los correlimos tridáctilos, vuelvepiedras, bisbitas campestres, zorzales reales, ánsares y archibebes. Así que consolaba mi dura soledad con las noticias.
Por cierto, a ver si lo que escriben crónicas y artículos narran cosas más positivas. El mundo está hecho un asco, cierto, pero no hay porque insistir. Y menos cuando uno está pasando un episodio agudo de monomargarifobia: cuatro días, sin ella…
Lento como aguja horaria camina el tiempo de la pena, mientras es de segundero la del gozo.
Vagaban mis ojos por las páginas del diario y me paraba en la sección de obituarios y esquelas: marco negro, piadosas cruces, frases sentidas y fúnebres e interminables listas de familiares en tristes tonos, todo letras oscuras, todo a juego con mi ánimo, cuando de repente el luminoso día se iluminó. Vino precedida tanta luz del aroma de su evocador perfume (First, de Van Cleef & Arpeles) y de unos pasos de musicalidad alegremente hiriente.
Pero todo fue como un relámpago: apareció ella ante mí y me dio una par de besos de los que no se olvidan.
.- Pedazo de artículo el de Sergio y Angela – cantó más que dijo la más bella criatura -. Primo te has superado. Me han llamado de Texas preguntando si conocía al autor, y cuando le he dicho que era primo mío me han dicho que te diga que eres genial.
.- Bah! – suspiré yo – no es nada… no es nada.
Ella se sentó a mi lado, y no tuvimos que decir nada más para saber que el hacha de guerra había sido enterrada y se abrazaban los altos sentimientos donde habían quedado antes del incidente.
Y la Terraza Oeste de la Casa Club se fue llenando de socios varones. ¿Pero no habían emigrado? Eso mismo me preguntaba yo, pero habrá que preguntar a algún etólogo u ornitólogo, bajo qué condiciones estas aves de mi Club tornan al nido.
Es aparecer mi hermosa prima y cual moscas a la miel estos chicos – y no tan chicos – merodean con saludos amables a Margarita. Incluso hubo uno que me ha saludado a mí.
Las última preguntas son dos: por qué habiendo treinta mesas se pueblan primero las que rodean nuestra mesa y por qué ponen una sonrisa de lelos hasta los más siesos.
En fin, le conté a Margarita que quedan quince días para la Solheim Cup, ese torneo femenino intercontinental que enfrenta a las mejores jugadoras de Europa y Estados Unidos y nos pusimos a charlar animados como siempre.
Se celebra este fin de semana el British Open femenino. Como siempre, en los puestos de cabeza vemos a las coreanas. Pero excluidas ellas es interesante ver cuál es el estado de forma de americanas y europeas. Dos semanas es nada. Analicemos los primeros puestos antes de la ronda final en Kingsbarns Golf Links, Fife, Escocia.
En el top 10 había doce jugadoras de las que ocho pertenecen a países europeos o a estados unidos: pues bien, las fuerzas están igualadas cuatro contra cuatro. Si ampliamos hasta el top 20, añadimos dos norteamericanas por sólo una europea; total, 5 a 6 a favor de Estados Unidos.
Y si nos estiramos hasta el top 30, ahí Europa gana de corrido para un total de 11 a 7, con Carlota Ciganda en el equipo y con Azahara Muñoz en puesto 31.
En el Rolex Ranking Ladies Golf que recoge la situación mundial, a 31 de julio en el top 25 figuran 6 norteamericanas frente a 3 europeas, con dos particularidades: la primera dama americana, Lexy Thompson es 2ª en el Ranking, mientras que a la primera europea, Anna Nordqvist, hay que buscarla en la 12ª plaza de ese Ranking.
A día de hoy están clasificadas para el Equipo Europeo las siguientes ocho jugadoras; cuatro por el Ranking del Circuito Europeo Femenino (LET): Georgia Hall, Florentyna Parker, Melissa Reid y Carlota Ciganda; cuatro por el Rolex Ranking: Suzann Pettersen, Charlie Hull, Karine Icher y Jodi Ewart Shadoff. Quedan otras cuatro a nombrar por la capitana para completar las doce que competirán en Estados Unidos.
En lo que se refiere al equipo de Estados Unidos, ocho por el Ranking propio para la Solheim: Lexy Thompson, Stacy Lewis, Gerina Piller, Cristy Kerr, Jessica Korda, Danielle Kang, Michelle Wie y Brittany Lang; dos por el Rolex Ranking (no incluidas entre las anteriores): Brittany Lincicome y Licette Salas. Y quedan dos que designará la capitana.
La primera impresión es de ventaja de Estados Unidos por las posiciones de ranking, por la veteranía de jugadoras (el 90% jugaron hace dos años) y por el factor local: juegan en casa, en el campo de West Des Moines (Ohio).
Pero esto es por equipos y quedan dos semanas; es modalidad Match Play y las europeas ya han demostrado lo que pueden hacer por equipos. A ver si Azahara Muñoz está entre las elegidas por la capitana europea Annika Sorenstam.