El español que mejor jugó fue el vasco Adrián Otaegui. Tuvo al francés Alexander Levy y al inglés Jordan Smith a tiro de piedra y aún menor distancia, a un sólo golpe. Se quedó a las puertas.
“A las puertas”, ese podría ser el lema del golf español del pasado fin de semana.
En el Senior Open Championship dos “miguelángeles” estuvieron entre los tres primeros en algún momento: Miguel Ángel Jiménez (+3) el sábado con sus 65 golpes veía posible la victoria final, pero su +2 del último día le dejó a las puertas del top 10 en Royal Porthcawl G.C. (Gales).
El otro veterano, Miguel Ángel Martín (+1), subió cinco puesto en la clasificación gracias a una vuelta de 69; esfuerzo insuficiente para alcanzar la cabeza. Allí estaba Bernhard “El-Kaiser” Langer. Esa autoridad es indiscutible cuando quiere él que ni sea discutida. Sólo él (-4) y Corey Pavin (-1) totalizaron resultados bajo par. Sus perseguidores se quedaron a las puertas.
En Suecia se jugaba un torneo del Challenge Tour: el Swedish Challenge. Allí el vencedor sí hablaba español, y lo hablaba con la musicalidad de Alta Gracia de la Córdoba argentina; ese fue Estanislao Goya (-16); había hecho un vuelta descomunal de siete birdies sin errores. Esta hazaña dejó a las puertas, con un bogey en el hoyo 18, a Pedro Oriol (-12), que había tenido sus opciones.
Y en el Ladies Scottish Open una navarra combativa estuvo cerca de la victoria. Muy difícil jugar en North Ayshire, Escocia. Estaban las mejores. Entre las diez primeras, cinco coreanas. El 50%. Intratables. Ni la australiana Karrie Webb (-5) pudo con ellas. Mucho hizo Carlota Ciganda (-4), la única europea en el top 5. La ganadora Mi Hyang Lee (-6) fue cerrando grietas y Carlota en 4ª posición, se quedó a las puertas. Los portones de la victoria son siempre pesados y recios de abrir.
Así que resumo: Miguel Ángel Martín, 6º y Miguel Ángel Jiménez 11º, fueron los mejores españoles en el Senior Open Championship (Gales); Pedro Oriol, 4º en el Swedish Challenge (Suecia); Carlota Ciganda, 4ª en el Ladies Scottish Open y Adrián Otaegui 5º en el Porsche European Open (Hamburgo, Alemania). Todos ellos se quedaron extra muros del mayor honor en sus respectivas confrontaciones.
¿Es para llorar? ¿Es para tirar la toalla? Trabajan todas las semanas, todos los días para ganar y no lo han hecho. Podríamos pensar que ya basta, que mejor dejarlo: ellos y ella están en esto desde que casi comenzaron a andar. ¡Total, para qué!
¿Total, para qué? Total, para mucho.
Alguien que sabe mucho de éxitos, pero también de no encontrar lo que buscaba, Woody Allen, dijo que “el noventa por ciento del éxito se basa simplemente en insistir”.
Pensemos en los logros que hoy se reconocen en las Historia y son admirados por todos. Por ejemplo, cerca de donde jugó Adrián Otaegui, la ciudad de Hamburgo, corre el río Elba que desemboca en el Mar del Norte. En esa costa y este río nació en el siglo XII la Liga Hanseática.
Con Lübeck como nodo de toda una red que combatía la piratería y extendía el comercio desde los países bálticos hasta la costa francesa, se alcanzaron incluso acuerdos comerciales con Londres. Hubo fracasos. Hubo retrocesos. Pero lo que hubo más que nada es una fuerza para abrir los caminos del mar a la seda, la sal, las resinas, la madera, el ámbar, el centeno, las pieles, el trigo y al pescado en salazón.
Cosas que hoy nos parecen triviales, fueron no hace tanto tiempo tesoros cuya circulación libre necesitó de ingenio, profesionalidad y tesón.
Hay puertas que se abren con violencia como las de los delincuentes, pero para otras es más efectivo el alegre empuje de la persistencia optimista.
Los profesores de golf – les rindo tributo en estas líneas – saben mucho de jugadores que están a punto de ganar. No habrá día que no escuchen a algún alumno lamentarse de lo cerca que estuvieron de ganar o de, simplemente, disfrutar de un buen día de golf con los amigos, pero que no saben por qué, algo se lo impidió.
Hay un profesor de profesores, Harvey Pennick que dejó escrito: “En el golf todos tenemos puntos fuerte y puntos débiles. Si pudiéramos mejorar nuestros puntos débiles, seguramente mejoraríamos mucho nuestro juego. Lo irónico es que la gente prefiere practicar sus puntos fuertes”.
Y a veces, ni eso. Solo fantasear. Ahora al empezar agosto no es mal momento para plantearse algunas cosas, como qué hacer para mejorar.