Nacido en Alemania, Josef Albers se forma en la Escuela de Arte de Berlín y posteriormente en la Academia de Arte de Munich, siendo luego uno de los profesores más prestigiosos de la Bauhaus alemana. Su figura sirve de enlace entre el Constructivismo europeo y el norteamericano, debido a su instalación en Norteamérica donde emigra como consecuencia del Nacionalsocialismo y de la Segunda Guerra Mundial, adquiriendo, en 1939, la nacionalidad norteamericana.

Albers es un magnífico representante del arte constructivista de vanguardia de la primera mitad de siglo XX, así como del Neoconstructivismo de la segunda mitad, que realizaría ya en su época americana. En Norteamérica imparte la docencia en el Black Mountain College y en las Universidades de Harvard y Yale.

Albers realiza un tipo de pintura constructivista muy simplificada, de naturaleza mística y espiritual, inspirada en el Suprematismo de Malevitch, consistente en cuadrados superpuestos en escalera decreciente, con distintos tonos de una gama de color. El resultado es una larga serie de cuadros, con juegos cromáticos muy variados, en el que el tema compositivo es siempre el mismo, el cuadrado y sus variaciones, que se convierte en el gran protagonista de sus lienzos.

De esta manera, Albers repite este motivo infinidad de veces en su conocida Serie Homenaje al cuadrado, comenzada a partir de 1950, cuando ya se encontraba en Norteamérica, país donde expondría y desarrollaría su técnica que tuvo un amplio eco e influencia.

– Hasta el pasado mes de julio se ha podido visitar en la Fundación Juan March de Madrid la exposición Josef Albers: medios mínimos, efecto máximo, la primera retrospectiva dedicada a Josef Albers (1888-1976) en España.

– Ana María Preckler es escritora y Licenciada en Geografía e Historia. Nacida en Santa Cruz de Tenerife reside actualmente en Madrid. Es autora de Historia del arte universal de los siglos XIX y XX, una obra en dos volúmenes publicada por Editorial Complutense.