La tecnología nos rodea, sus avances cada vez llegan a más facetas de la vida y a más personas. Uno de los paradigmas está en los dispositivos móviles, en 1997 hace apenas 17 años había 4,04 millones de líneas, a día de hoy existen 51,9 millones. Pero el cambio no ha sido sólo cuantitativo, sino principalmente cualitativo, la irrupción de los Smartphone han convertido a nuestros teléfonos en algo más que un dispositivo para realizar o recibir llamadas, es más, para algunos usuarios este uso es marginal si lo comparamos con los relacionados con la navegación por Internet que nos permite realizar desde cualquier lugar y cada vez con más calidad.

Con todo ello se han creado nuevas oportunidades de negocio, y es que nuestros teléfonos actuales no dejan de ser microordenadores con un sistema operativo cada vez más complejo y completo del que cada día se desarrollan decenas de aplicaciones para ocio y trabajo. Por ello, la formación el desarrollo de aplicaciones en sistemas como Android es de las ramas con más demanda profesional presente y futura con una amplitud de posibilidades enorme. Estas incluyen desde luego un segmento muy atractivo, el de las aplicaciones para el mercado infantil y juvenil. Muchas de ellas las descargamos en los móviles de padres que cedemos un rato a los más pequeños, pero también es cierto otro punto, y es que cada vez se accede al móvil más joven.

Quedarse con lo bueno y limitar lo malo

Este punto tiene sus beneficios y sus riesgos. Por ejemplo, en los PC los programas de controles parentales permiten cada vez con más éxito que un joven estudiante acceda a contenidos educativos pero no a juegos online u otros contenidos inapropiados. En el móvil es bastante más complicado poner esos límites, incluso las posibilidades que ofrecen las apps son limitadas.

Por ejemplo, una de los últimos éxitos en Android “Ignore No More” permite por ejemplo que se bloquee el terminal si el hijo no atiende a las llamadas de su padre o persona que administra una minired de teléfonos familiares pero ¿qué ocurre el resto del tiempo? ¿Puede acceder o descargar contenidos inapropiados? Para intentar evitar esto pero no menospreciar un segmento de crecimiento tan atractivo se ha puesto en marcha el gigante Google que según las últimas informaciones está trabajando en una versión de su sistema operativo Android adaptada para los menores de 13 años y que se aplicaría tanto a los teléfonos como a las tablets.

Esta solución sería mucho más completa que las interfaz que ofrece por ejemplo Samsung en sus equipos Galaxy S4 y S5 y buscaría que fuera compatible con la Normativa de Protección Infantil Online (COPPA). Según estos rumores se adaptarían también el resto de las aplicaciones habituales de Android, como Youtube, Search y Gmail, en las que cambiará el interfaz, pero lo más importante se incluirán filtros de contenidos.

Si lo consigue, será pionera en abrir un gran mercado e imponerse a un iOS que no pasa por sus mejores momentos o a un Windows Phone que no acaba de despuntar.