Boda real en un ventoso viernes al mediodía en Windsor. Eugenia de York y Jack Brooksbank se dieron el si quiero en la Capilla de San Jorge en la que también se casaron en mayo el príncipe Harry y Meghan Markle. Un día muy British con nubes amenazantes, rayos de sol y mucho viento que puso en peligro los tocados de las señoras, los sombreros de los caballeros y los trajes de algunas invitadas que enseñaron más pierna de lo que la etiqueta permitía.
Kate Middleton, de color frambuesa, entró en la iglesia sujetando con fuerza su tocado y el príncipe Guillermo tuvo que recolocarse su chaqué. Meghan, espectacular con un vestido azul oscuro de Givenchy, también tuvo sus problemas para no perder el tocado a juego con su traje realizado por Noel Stewart.
Eugenia, nieta de la reina Isabel II e hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, se casó con su gran amigo Jack, el hombre que la lleva haciendo feliz desde hace siete años. 850 invitados y un novio muy nervioso acompañado por su hermano, llenaban la enorme iglesia. Los penúltimos en llegar fueron la reina Isabel II y su marido Felipe, de 97 años, quien no confirmó su asistencia hasta la mañana de la boda.
A las doce en punto llegó Eugenia de York junto a su padre y padrino en un espectacular Rolls Royce Phantom VI de 1977. Pese a no llevar velo, que hubiera sido muy complicado por el viento, no le resultó nada fácil a la princesa subir la escalinata. Su traje, un diseño de los británicos Peter Pilotto y Christopher De Vos, con doble escote en "V", manga larga y falda abullonada con cola, fue realizado en un precioso tejido especialmente diseñado para la ocasión, lleno de flores y símbolos significativos para pareja.
El escote en V de la espalda dejaba a la vista la larga cicatriz de la princesa que tuvo que ser intervenida con doce años de escoliosis. En una entrevista, Eugenia se mostró partidaria de "enseñar a la gente tus cicatrices y cambiar los cánones de belleza. Es realmente importante defender eso".
La novia llevaba el pelo en un recogido y al igual que se saltó la tradición prescindiendo del tradicional velo, también lo hizo al no lucir la esperada tiara York que la reina Isabel II regaló a Sarah Ferguson en su boda con el príncipe Andrés, sino que optó por la tiara Greville Emerald Kokoshnik.
El cortejo de la novia lo compusieron, entre otros, los royals más jóvenes como George y Charlotte, hijos de Guillermo y Kate, Savannah e Isla, hijas de Peter y Autumn Phillips; Mia, hija de Zara Phillips y Mike Tindall, o Louise y James, hijos de los condes de Wessex.
Durante la ceremonia, Andrea Bocelli emocionó a los novios y a todos los invitados interpretando en diferentes momentos el Ave María y el Panis Angelicus.
Fotos y vídeos facilitados por @TheRoyalFamily