Felipe Varela volvió a repetir la misma estrategia que siguió en la edición pasada de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid, y no, no en referencia a sus diseños, sino que el modisto decidió volver a no hablar con los medios. Así, no permitió que ningún medio de comunicación visitase su colección en el backstage antes de su desfile de este lunes.
El desfile se limitó a mostrar una selección de vestidos de cóctel y fiesta que recuerdan, en muchos casos, a los de Versace. Las comparaciones son odiosas y Gianni quizá esté revolviéndose en su tumba.
La colección, según se cita en la nota de prensa, "nace en el exceso y la opulencia imperante de los 80" se enmarca en ese estilo un tanto trasnochado del sport de luxe, intentando llegar a una clienta joven, rica y con ganas de lucir palmito.
Minimal Opulence es el título que Varela le ha puesto a una colección que rezuma lujo, pero no por ello no puede tener un punto sport y que bebe de la moda de los años 90: tops, bermudas, bombers, print animal… que son una continuación de las prendas que subió a la pasarela el pasado febrero, cuando regresó a IFEMA tras 10 años de ausencia.
Las chaquetas y los vestidos fueron los auténticos protagonistas, que comparten pasarela con las cazadoras de cuero metalizadas, minivestidos t-shirt, faldas con volantes o lápiz, que no tienen nada que ver con lo que la Reina Letizia está acostumbrada a lucir.
También estuvieron presenten las pieles, sobre todo en los vestidos de red carpet que se convierten, según Varela, en su mejor complemento a pesar de presentar una colección para la época estival. Para la noche, el diseñador de cabecera de la Reina de España también vistió a la mujer con un clásico: un traje de chaqueta un pantalón que tiñe de blanco y decora con pedrería.